]Tu Idioma
Declaracion
Este foro fue creado por y para fans con el único propósito de brindarles la última información sobre Gonzalo Higuaín. Tratamos de que éste sitio tenga el éxito que se merece así que si copian o sacan alguna información, imágenes, videos, etc. danos crédito. Desde ya muchas gracias . Atte La Administracion....me conformo con soñarte, Mi dulce Gonzalo Higuain (L).... te amo!!
3 participantes
....me conformo con soñarte, Mi dulce Gonzalo Higuain (L).... te amo!!
Bien, tengo el placer de publicar el primer Fan Fic, el título es el encabezado del tema. A continuación os voy a presentar el Fic con una breve sinopsis para que sepáis como va...
...el relato tendrá dos protagonistas principales, se llaman Ornella ( que seré yo pero con otro nombre), ella es una chica argentina del barrio de Palermo, es de familia humilde, muy estudiosa y trabajadora que ayuda en todo lo que puede a sus padres y cuida de sus hermanos pequeños... pronto algo hará que tenga que viajar a Madrid. El gran sueño de Ornella es conocer a Gonzalo Higuaín, lo conocía desde siempre y nunca tuvo la oportunidad de acercarse a él, principalmente por miedo a que no quisiera hablar con ella, cuando llega a Madrid no sabe lo que le va a suceder nada más pisar la capital española, solo el hecho de saber que estará cerca de su gran amor la hace muy feliz. Pronto descubriréis más cosas sobre ella a medida que avanza el Fic. El otro protagonista es Gonzalo Higuaín, futbolista argentino de gran prestigio que juega en el Real Madrid y que es el sueño de muchas fans que lo siguen a todas partes. Los detalles de su persona ya los conocéis no? La llegada de Ornella no será muy afortunada, pero tendrá la suerte de encontrar un trabajo y una estancia muy pronto. Conocerá a Gonzalo por casualidad y mediante jueguecitos de Gonzalo se irán enamorando poco a poco, pero ese amor se verá interrumpido por varias circunstancias, entre ellas las dudas que aparecen en Ornella. Más o menos esto es lo más importante, lo básico. La historia tendrá lugar en Madrid principalmente y por supuesto irán apareciendo más personajes que tendrán más o menos importancia, como la familia de Gonzalo, la familia de Ornella, la mejor amiga de Ornella (Yanel), los jugadores del Madrid, algunos amigos de Gonzalo, el padre de Yanel...
Espero que este avance os abra el apetito, lo haré lo mejor que pueda, lo prometa... y podéis juzgarme si no os gusta, os pido sinceridad por favor...
un besazo y espero los vuestros!!
....me conforme con soñarte, Mi dulce Gonzalo Higuain....
PD: como la protagonista es argentina, el español que utilizaré con ella y con todos los argentinos que aparezcan, será el español de argentina, espero saber escribirlo lo mejor que pueda, me he documentado en vocabulario y expresiones, si hay algún error, decidmelo por favor... un besazo!!
...el relato tendrá dos protagonistas principales, se llaman Ornella ( que seré yo pero con otro nombre), ella es una chica argentina del barrio de Palermo, es de familia humilde, muy estudiosa y trabajadora que ayuda en todo lo que puede a sus padres y cuida de sus hermanos pequeños... pronto algo hará que tenga que viajar a Madrid. El gran sueño de Ornella es conocer a Gonzalo Higuaín, lo conocía desde siempre y nunca tuvo la oportunidad de acercarse a él, principalmente por miedo a que no quisiera hablar con ella, cuando llega a Madrid no sabe lo que le va a suceder nada más pisar la capital española, solo el hecho de saber que estará cerca de su gran amor la hace muy feliz. Pronto descubriréis más cosas sobre ella a medida que avanza el Fic. El otro protagonista es Gonzalo Higuaín, futbolista argentino de gran prestigio que juega en el Real Madrid y que es el sueño de muchas fans que lo siguen a todas partes. Los detalles de su persona ya los conocéis no? La llegada de Ornella no será muy afortunada, pero tendrá la suerte de encontrar un trabajo y una estancia muy pronto. Conocerá a Gonzalo por casualidad y mediante jueguecitos de Gonzalo se irán enamorando poco a poco, pero ese amor se verá interrumpido por varias circunstancias, entre ellas las dudas que aparecen en Ornella. Más o menos esto es lo más importante, lo básico. La historia tendrá lugar en Madrid principalmente y por supuesto irán apareciendo más personajes que tendrán más o menos importancia, como la familia de Gonzalo, la familia de Ornella, la mejor amiga de Ornella (Yanel), los jugadores del Madrid, algunos amigos de Gonzalo, el padre de Yanel...
Espero que este avance os abra el apetito, lo haré lo mejor que pueda, lo prometa... y podéis juzgarme si no os gusta, os pido sinceridad por favor...
un besazo y espero los vuestros!!
....me conforme con soñarte, Mi dulce Gonzalo Higuain....
PD: como la protagonista es argentina, el español que utilizaré con ella y con todos los argentinos que aparezcan, será el español de argentina, espero saber escribirlo lo mejor que pueda, me he documentado en vocabulario y expresiones, si hay algún error, decidmelo por favor... un besazo!!
20_higuain_09- Mensajes : 23
Fecha de inscripción : 15/03/2011
primer capítulo
CAPÍTULO I: ATERRIZANDO.
“¡Diablos!”… Esta fue la palabra que más repetí nada más aterrizar en el aeropuerto de Barajas en Madrid, desde luego no podría irme peor, o sí, ya no lo sé… Toda la ilusión que tenía cuando me subí al avión en Buenos Aires se había esfumado. Aún bien no había llegado a Madrid y ya echaba de menos a mi familia, a mis hermanos chiquitos haciendo de las suyas por la casa y mi mamá tras ellos. Era consciente de que esa imagen no la volvería a ver en mucho tiempo, es posible que fueran unos meses, pero también cabía la posibilidad de que fueran años, cosa que solo de pensarla me aterraba, pero supongo que era un obstáculo con el que tenía que lidiar si quería ayudar a mi familia. Atrás habían quedado mis ilusiones de poder estudiar en la Universidad, que desde pequeña tuve claro lo que iba a estudiar, periodismo. Acá en Madrid todo iba a ser diferente, la vida, las costumbres, la gente, la ciudad… Lo único que me consolaba es que no tenía que aprenderme un nuevo idioma. Bien, voy a dejar de contarles de mis desgracias y les hablaré un poco de mí. Me llamo Ornella, tengo 18 años y nací en Buenos Aires. Mi familia es humilde, mi papá, Ignacio, trabaja en la industria de la madera y mi mamá, Julieta, es ama de casa. Tengo dos hermanos chiquitos, Leo y Malena, tienen 8 años los dos, son unos diablillos, pero los quiero mucho. Me considero una chica inteligente, aunque me enojo con mucha facilidad y por cosas sin importancia, soy muy nerviosa y para decisiones importantes suelo ser bastante indecisa. Me gustaría destacar esto último, porque ese es el motivo por el que nunca me atreví a confesar mis sentimientos a un chico de mi barrio y que ahora sabía que no me haría caso, sería una más en su innumerable club de fanáticas histéricas. Él pertenece a otro mundo muy diferente al mío, tan grande y tan inalcanzable, que me conformo con soñar que estoy a su lado, la noche es el único momento del día en el que me siento aliviada, sabiendo que soy solamente de mi dulce y querido Gonzalo Higuain, sí, seguramente lo conocerán, incluso me atrevo a asegurar que son unas locas fanáticas de él, ¿me equivoco? Solamente soy suya en mis sueños, solamente en mis sueños. Bien, ahora que ya me conocen lo suficiente, y saben de mis desgracias sentimentales, voy a empezar a relatarles lo que fue mi llegada y mis primeros pasos en Madrid, donde tenía pensado empezar un nuevo sueño, pero como verán ahora, no fue la mejor manera de empezar un sueño. El primer paso hacia mi gran sueño fue perder las maletas en el aeropuerto, sí, y dirán ustedes, ¿pero esta que dice de un gran sueño?... Llámenme loca, pero fue mi primera experiencia fuera de Buenos Aires, no fue demasiado agradable pero al fin y al cabo debo aprender de estas difíciles situaciones. Después de una espantosa disputa con los responsables de las maletas me di por vencida sabiendo que mis maletas no aparecerían nunca, aunque me dijeran que me llamarían en cuanto las encontrara, desde luego. Salí del aeropuerto y empecé a caminar sin rumbo con lo único que tenía, mi bolsa de mano, en la que llevaba únicamente mi celular, una campera, mis lentes y una carpeta. Se preguntarán por qué llevo una carpeta en una bolsa de mano, pues tiene una sencilla respuesta. Esa carpeta es sagrada para mí, en ella tengo toda la información sobre Gonzalo, mi Gonzalo, tengo recortes de diarios, fotografías, críticas, cartas que escribo para él sin esperanza de que pueda leerlas algún día, esas cartas que escribo por las noches cuando pienso en él y en lo inalcanzable que es para mí. Además la carpeta está llena de sus fotografías en todo el exterior, por lo que se puede adivinar mi gran obsesión por él. Nada más salir de las inmediaciones del aeropuerto empezó a caer una lluvia muy intensa, en ese momento debí exclamar mi trigésimo “diablos” en lo que iba de día. No tenía con que cubrirme ni dónde. Así que decidí coger mi carpeta y sentarme sobre ella delante de un establecimiento esperando a que la lluvia amainara. Después de un rato sentada, decidí llamar a mis papás para contarles de mi llegada, pero imagínense la desgracia, mi celular no funcionaba, ¿qué le había pasado? Si es que mejor no podía irme, en ese celular tenía la mejor foto de Gonzalo .Mírenla:
¿Por qué a mí? Menos mal que siempre me quedarán las cabinas telefónicas, tenía unas monedas sueltas, así que me dirigí hasta una cabina para llamar a mi familia. En el trayecto hacia la cabina y mi conversación duraron unos 5 minutos, el tiempo suficiente para que alguien se llevara mi carpeta. “¡Excelente!” Ahora también me quedé sin mi carpeta, sin mi carpeta de Gonzalo, que era lo más valioso que tenía. Me resigné a perderla para siempre. Sin celular y sin carpeta retomé el camino, pero ¿a dónde iba a ir? Ni siquiera conocía la ciudad. Estaba con la moral por los suelos, pero ni crean que mis desgracias acabaron acá, para nada. Cuando estaba caminando, un estúpido baboso que pasó con su maravilloso auto deportivo me mojó aún más de lo que ya estaba. En ese momento solo pude soltar unos insultos bastante desagradables que no quiero repetir, ni se les ocurra pedírmelo, no lo haré, aunque insistan. Justo en ese momento pensé que lo mejor sería regresarme a Buenos Aires con mi familia, pero entonces ¿de qué serviría este viaje? Tenía que aprovecharlo. Mi papá me había dicho que aunque las cosas me fueran re mal, siguiera adelante, porque mi papá siempre dice que las cosas malas que le suceden a alguien son por algún motivo y que la vida te acabará recompensando. Suspiré y me decidí a entrar en un café que me encontré, necesitaba algo caliente urgente. Una vez me atendieron, caí en que no tenía plata. Adivinen que salió de mis labios… “¡Diablos!” Creo que esta palabra se va a convertir en mi favorita. No se rían, no le veo el chiste. Mientras bebía, pensaba en las cosas buenas que podían pasarme acá, entonces una sonrisa se dibujó en mi rostro. Entre tanta desgracia no me había enterado de que mi Gonzalo estaba viviendo acá en Madrid, volvía a tenerlo tan cerca y tan lejos de nuevo. Solo pensar que en cualquier momento me lo puedo cruzar por cualquier calle, cualquier bar, esquina, supermercado, cine… en cualquier lugar. En medio de ese maravilloso pensamiento apareció en mi mente de nuevo la falta de plata y cómo iba a pagar, me quedé dormida apoyada contra el cristal del café pensando qué podría hacer para pagar mi café. En esas estaba cuando se acercó a mí el dueño del establecimiento.
-Jovencita, jovencita…- insistía intentando despertarme de mi profundo sueño- Jovencita…
-¿Qué sucede?- pregunté aún medio adormilada.
-Te quedaste dormida…
-Discúlpeme, yo…- dije muy avergonzada intentando arreglar la situación.
-No pasa nada, no te preocupes…
-Es que yo, no tengo con qué pagarle… haré lo que sea…
-No es necesario, pero creo que sé como compensarte…
-¿Compensarme? ¿Por qué?-pregunté extrañada.
-Sí, con solo verte puedo adivinar que no has tenido un buen día, ¿verdad?
-Pues la verdad es que no, nada me ha salido bien hoy, ha sido un desastre…
-Pues bien, como no tienes con qué pagarme y yo necesito personal, ¿qué te parecería trabajar aquí?
-¿Yo? ¿Trabajar acá? ¿Está hablando en serio?
-Muy en serio… Además, necesitas darte un baño, estarás helada.
-Es cierto- dije observándome de arriba abajo- Pero no es necesario que se preocupe tanto por mí, ni siquiera me conoce.
-Lo sé, pero me inspiras confianza, así que, si aceptas quedarte yo te ofrezco una habitación y un trabajo.
-El trabajo puedo aceptarlo, y quizás el baño también, pero desde luego no puedo aceptarle que me deje quedarme en su casa, sería un abuso de mi parte, no quiero molestar.
-Insisto, te quedarás en mi casa, al menos hasta que encuentres una vivienda estable y puedas costearla, y no acepto una negativa.
-Está bien…-no podía creérmelo, al fin parecía que las cosas empezaban a funcionar, de la nada me saqué un trabajo y una casa donde vivir, desde luego sí que este había sido un golpe de suerte- Muchísimas gracias, no sé como agradecerle…
-No tienes que agradecerme, solo tienes que subir a la casa y darte un buen baño, si quieres puedes empezar esta misma noche.
-Por supuesto, esta noche empiezo- estaba realmente feliz, ¿pueden creérselo?
-Por cierto, no me he presentado, me llamo Hernán López, y soy el dueño de este café.
-Encantada, yo soy Ornella, Ornella Piatti, un gusto señor López.
-El gusto es mío Ornella, ¿eres argentina?
-Sí, de Buenos Aires.
-¿Qué haces aquí?
-Motivos laborales, supongo.
-Eres una muchacha emprendedora.
-Supongo que sí, eso dice mi papá.
-Venga, subamos a mi casa- me dijo dirigiéndome a una puerta que estaba al fondo del local- Bien, ya llegamos, allí está el baño, ahora te traigo algo de ropa de mi hija, supongo que te servirá, sois muy parecidas.
-Gracias.
Entré en el baño y empecé a desvestirme. Me sentía extraña, pero no sé muy bien por qué, supongo que por estar en la casa de un desconocido y usando su baño. Giré el mando de la ducha y sentí como un chorro de agua caliente me golpeó la cara nada más entrar. Sin duda necesitaba ese baño como gloria bendita. Al salir me envolví rápidamente en una toalla que alcancé. El señor Pérez llamó a la puerta y me pasó algo de ropa.
-Muchas gracias, ahora salgo.
-Tranquila, tómate el tiempo que necesites.
Me vestí rápidamente y me dirigí hacia el living, era muy espacioso.
-Supuse que te valdría la ropa de mi hija, tendréis más o menos la misma edad. Ven, te mostraré tu habitación.
Lo seguí hasta mi habitación…
-Compartirás habitación con Yanel, mi hija, espero que no te importe…
-Para nada, ¿pero a ella le gustará la idea?
-Estoy seguro de que sí, últimamente anda medio atontada con la cultura argentina.
-¿En serio?
-Sí, yo no sé qué le pasa, pero últimamente todo es Argentina para arriba, cumbia para abajo…
-Bueno, tengo terreno adelantado.
-Supongo que sí, pero bueno, será mejor que nos demos prisa que hoy el local estará abarrotado…
-¿Y eso a qué se debe?
-Es que hoy juega el Real Madrid, y la gente que no pueda ir al Bernabéu vendrá aquí, así que prepárate para el estrés futbolero.
-Estoy acostumbrada, puede creerme. En Argentina el fútbol es una religión.
-Es verdad, ¿estás lista entonces para tu primer día?
-Eso creo- dije muy ilusionada, mi primer día sería hoy, un día en el que podría disfrutar de un partido viendo a mi Gonzalo jugar, ojalá meta un gol, lo celebraré como la que más.
Bajamos al local y poco a poco empezó a llenarse de gente, desde luego que tenía razón el señor López, eso estaba abarrotado, y el alboroto se volvía insoportable, pero con suerte solo lo tendría que vivir una vez a la semana. Entre descansos de atender mesas miraba el partido, allí estaba él, dándolo todo en la cancha como siempre. Un luchador, como decía mi papá. Y llegó el momento más lindo del partido, mi Gonzalo había pateado desde la esquina del área y había marcado un golazo, y solo era el minuto 7 de encuentro.
-Bueno, otro día productivo, sin duda- suspiró el señor López.
-Sí, eso parece- dije contenta.
-¿Estas feliz no?
-¿Por qué lo dice?
-Porque te vi cuando Higuain metió el primer gol… debes estar orgullosa de que sea argentino, como tú.
-Pues sí, mucho. Me alegra saber que el fútbol argentino está creciendo y que Gonzalo se sienta orgulloso de ser lo que es.
-¡Hola papi!- gritó una chica que acababa de entrar, supuse que era la hija del señor López, y era del Real.
-¡Hola hija! ¿Te lo pasaste bien?
-Más que bien, me lo pasé genial, menudo golazo de Higuain, ¿lo viste?
-Claro que lo vi, lo vimos todos.
-¿Y quién es ella?
-Me llamo Ornella, un placer.
-Igualmente, yo soy Yanel, la hija del dueño.
-Es la nueva camarera y vivirá con nosotros.
-¿De verdad? ¿La habrás puesto en mi cuarto no?
-Claro que sí, sabía que te gustaría.
-Como no me va a gustar, si es argentina, porque eres argentina ¿no?
-Sí, sí que lo soy.
-Me alegra mucho conocerte, seguro que nos llevaremos muy bien.
-Eso espero.
-Mira papá lo que he conseguido- dijo sacando una libreta del bolsillo.
-¡Guau! Menudo logro. ¿Estarás contenta al fin?
-Pues sí, ahora dormiré con el autógrafo de Higuain bajo la almohada.
Esas palabras se me habían clavado en el corazón. Yanel había conseguido algo que yo solo conseguí en mis sueños, y eso que lo tuve más cerca que ella y más tiempo, y ni eso había logrado. Me senté triste en una de las sillas pensando en ello, Yanel tenía algo que pertenecía a mi Gonzalo, mi Gonzalo querido, ¡cómo la envidiaba en ese momento!
-¿Te pasa algo?- me preguntó Yanel acercándose.
-No, nada, tranquila, es que estoy algo cansada.
-Pues será mejor que subas a acostarte. Yanel, acompáñala.
-Claro. Ven, así nos conocemos mejor…
Hoy he tenido la peor sesión de entrenamiento de toda mi vida, ni que nos jugáramos la final de la Champions League. Había sido aburrida y agotadora, creo que llegaré a casa y no me levantaré en horas. Aún por encima de ser un día pesado, tenía que aguantar las bromas de mis compañeros, al principio tienen hasta gracia, pero luego se vuelven insoportables. Cuando me dirigía al auto Cristiano me detuvo.
-Pipa, ¿te vas ya?
-Pues claro que me voy, estoy muerto del cansancio- dije apoyándome contra la puerta del auto.
-Es verdad, hoy se ha pasado el míster con la sesión, espero que no la vuelva a repetir porque si no le reclamo.
-¿Qué vas a reclamar? No tenés poder acá.
-Pero tengo mis derechos como ser humano, exijo un mínimo de normalidad en las sesiones.
-Bueno Cris, me voy ya antes de que descubra que esto no es una pesadilla.
-Sí. Es la cruda realidad del futbolista, Pipa, es lo que tú elegiste.
-Hasta el partido- dije subiéndome al auto.
-Nos vemos.
Mientras iba manejando me acordé que tenía que hacerle unas diligencias a mi mamá. Estacioné delante del establecimiento y cuando ya terminé de hacer lo encomendado por mi mamá observé que estaba lloviendo a mares. “¡Genial!” me dije “lo que faltaba”, cuando me iba a subir al auto me tropecé con una carpeta que estaba en el suelo, me arrodillé a recogerla y vi que la persona que fuera dueña de esta carpeta estaba prácticamente enamorada de mí.
Al instante supuse que pertenecía a una chica, probablemente una adolescente de instituto, ¿cómo podría haberse olvidado esto acá? Digo yo que tendría cosas importantes. Me subí al auto con la carpeta y con la esperanza de encontrar algún dato que me llevase hasta la dueña de la carpeta. Cuando llegué a la casa, entregué las diligencias a mi mamá y me senté en el sofá del living para examinar a fondo la carpeta que había encontrado.
-¿Qué hacés Gonzalo?- me preguntó mi mamá.
-Trato de averiguar a quién le pertenece esta carpeta que me encontré cuando subí al auto.
-Gonzalo, no está bien remover en las cosas ajenas.
-No empecés mamá. Quizás acá adentro encuentre algo sobre la persona que la perdió.
-Como querás, de todas formas no está bien.
Abrí la carpeta con mucho cuidado, nada más abrirla, supe que esa carpeta no tenía lo que se decía contenido escolar, más bien eran cosas sobre mí. Al girar la tapa me fijé en algo que estaba escrito, lo leí: Si estás leyendo esto es que obviamente tenés mi carpeta, mi dirección es… Esperá, esta dirección es de Argentina. O sea, que la persona que perdió esta carpeta es argentina, era obvio, por la dirección y por el español. En seguida me puse a investigar a ver qué me encontraba en aquella carpeta. Entonces llegó mi papá.
-Hola hijo, ¿qué hacés?- preguntó sentándose a mi lado.
-Saber de quién es esta carpeta.
-Vaya, eres un rompecorazones, las tenés locas a todas.
-Venga, papá, sabés que eso no me importa.
-Lo sé, por eso te lo digo.
-Muy gracioso.
Analicé detenidamente cada cosa que me iba encontrando en aquella misteriosa carpeta, fotografías, diarios, notas a papel, artículos de prensa… Estaba repleta de cosas mías que ni siquiera sabía que existían.
-Esto va más allá del fútbol, hijo, está enamorada de vos.
-¿Otra vez?
-Es la verdad, o no lo ves. Te admira demasiado, te considera un dios prácticamente.
-Eso parece- dije cogiendo un papel que estaba doblado en medio de las demás hojas. Comencé a leerlo y me di cuenta de que lo que decía mi papá era mucho más que cierto. Esa chica estaba realmente enamorada de mí y sentía frustración por no poder verme, por no tenerme cerca. En cierto modo me sentía culpable, esa chica estaba sufriendo por mi culpa, sí, no se extrañen, técnicamente es mi culpa. Lo curioso es que es una chica que debería conocer, vivió en el mismo barrio que yo, pero ¿quién podría ser? No lograba recodar absolutamente nada, esa etapa de mi vida parecía estar ya muy lejana para poder recordarla con exactitud.
-¿Te sucede algo Gonzalo?- preguntó mi papá al verme en silencio.
-No, solo que estaba pensando, tranquilo.
Las palabras de esa carta se me habían quedado grabadas en la memoria con fuego, sobre todo las últimas palabras: ….tan cerca y a la vez tan lejos, me conformo con soñarte mi dulce y querido Gonzalo…. Sin duda me quedé muy sorprendido, nunca pensé que alguien pudiese llegar a sentir esto por mí. ¿Ustedes saben de alguien que esté pasando por esto? ¿Sí? Pues me contarán si resulta difícil, porque la verdad solo de imaginar el sufrimiento de esta chica me aterro. Que lindas palabras, pero ¿quién era la autora?
Después del partido, seguía pensando quién podía ser la chica que tan enamorada estaba de mí. Cuando llegué a la casa solo tenía ganas de acostarme y no levantarme hasta muy tarde, hoy había sido un día agotador. Por la mañana me desperté con los gritos de mi mamá que intentaba despertar a Lautaro, este nene por qué será que no espabila, parece que tenga ganas de escucharla, ¿a ustedes no les pasa? ¿a qué es insoportable? Cuando me levanté me di una ducha para despejarme, en eso estaba cuando llegaron Ezequiel y Fernando.
-Pasen- los recibió mi mamá- Gonzalo se está duchando.
Salí de la habitación y me dirigí al living donde Ezequiel y Fernando conversaban animadamente.
-Buenos días, bello durmiente- ironizó Fernando.
-¿Ustedes sienten placer cuando madrugan?
-Gonzalo, espabilate que hoy queremos aprovechar el día de descanso con vos.
-¿Qué tienen pensado?
-Conocemos un nuevo café cerca de acá, podemos ir a desayunar, ¿te parece?
-Dale, voy por mi celular.
Salimos de la casa rumbo al café, yo seguía pensando en la chica de la carpeta, mientras no tenga nombre tendré que llamarla así.
-Gonzalo, ¿estás bien?- me preguntó Ezequiel.
-Sí, no se preocupen, ando falto de sueño últimamente.
-¿Y quién no? Como sigamos con estas sesiones espartanas acabaremos muertos.
-Ya lo creo.
-Acá es, entremos.
Cuando me desperté Yanel no estaba en la cama, Dios mío, ¿qué hora era? Salí de la habitación a toda prisa y bajé las escaleras hasta la cocina de la casa, allá estaban el señor López y Yanel desayunando.
-Buenos días, ¿cómo amaneciste?- preguntó Yanel.
-Buenos días, amanecí bien gracias.
-Ven, desayuna algo, que hoy nos espera un largo día.
-Papá, siempre dices lo mismo, todos los días son iguales.
Después del desayuno nos fuimos los tres al local, habría mucha demanda de gente que vendría a desayunar.
-Bueno papá, me voy ya que es muy tarde.
-No corras.
-¡Ay Dios mío! No me lo puedo creer.
-¿Qué te pasa hija?
-Mira quién vino a desayunar…
-Vaya, hoy tenemos clientes especiales.
-Orne, ¿a qué no adivinas quien vino a desayunar?
-Pues como no sea el príncipe no sé a qué se debe tanta alegría. Vaya, me olvidé el reloj en la habitación, ahora vuelvo.
Mientras Yanel y el señor López organizaban todo para empezar el día. Cuando Yanel salía del local, Gonzalo la detuvo.
-Disculpá…
-¿Sí?- pregunté nerviosa, no todos los días te para un futbolista para hablar contigo.
-¿La chica que estaba con vos es argentina?
-¿Ornella? Sí, es argentina, ¿por qué?
-¿No sabrás de qué parte de Argentina llega no?
-Creo que me dijo que venía del barrio de… espera… el barrio de….
-¿Palermo?
-Eso, Palermo.
-Gracias por la información.
-¿Para qué querías saberlo?
-Es que tengo algo que le pertenece.
-¿A qué te refieres?
-Me encontré ayer una carpeta cerca de acá, y es de una chica argentina que vive en el barrio de Palermo, ¿creés que pueda ser ella?
-¿La carpeta está llena de cosas tuyas?
-Sí- dijo sonriente, desde luego esa sonrisa me mataba.
-Pues entonces es ella, sin duda. No sabes lo importante que es para ella esa carpeta, anoche estuvo maldiciendo al que se la había robado. Pero a ti no creo que te diga nada. Vaya, mejor me voy si no quiero llegar tarde.
-Gracias de nuevo.
-No hay de qué.
Regresé al local y me detuvo el señor López.
-Ornella, esta mañana te quedarás sola en el local.
-¿Y eso? ¿Ha sucedido algo?
-Tengo un amigo hospitalizado y quería visitarlo, espero que no te importe.
-Para nada, no se preocupe, yo me encargo de todo. Váyase tranquilo.
-Muchas gracias, volveré para la hora de la comida.
-Hasta la vista.
Bueno, me iba a tocar encargarme del local sola, mi primer día al mando. De momento solo había un grupito de chicos conversando, parecía una mañana tranquila.
-Ahora regreso, no tardo.
-¿A dónde vas Gonzalo?
-No tardo, me olvidé una cosa, ya regreso.
-¿Cuándo será el día que no se le olvide algo?
-No tiene remedio.
Corrí hasta la casa en busca de aquella carpeta, al fin había encontrado a su dueña, Ornella, que lindo nombre. Regresé al local con un papel y un bolígrafo.
-¿Qué hacés?- preguntó Fernando.
-¿Acaso te importa?
-No hace falta que te enojes.
-¿Y ya han pedido sin mí? ¿Es que no tienen educación?
-No fueses tan despistado, no tenemos la culpa.
-Yo mismo iré personalmente.
Vaya, aquellas botellas del estante superior parecían bastante sucias, podría limpiarlas mientras nadie llegaba, aprovecharía el tiempo, supongo que al señor López no le importaría. Me subí a un taburete bien alto para poder alcanzar el estante y las botellas con facilidad. Entonces una voz detuvo mi tranquilidad.
-¿Necesitás ayuda?- no pude ver quién había hecho esa pregunta, estaba de espaldas.
-No, gracias ya…- al girarme me maldije por no conocer esa voz, era él, en cuanto lo vi me tropecé y casi me parto una pierna.
-¿Estás bien?
-Sí, estoy bien, gracias…- conseguí decir nerviosa- ¡Ay!- exclamé tocándome la rodilla.
-¿De verdad estás bien? No quiero sentirme culpable- que lindo se puso cuando dijo eso.
-De verdad…- no pude sostenerle la mirada ni un solo segundo. Me limité preguntarle que iba a desayunar y se lo serví en la mesa. No me lo podía creer, al fin pude hablar con él, aunque me vi bastante torpe.
-¿Qué escribís?- miré a Fernando con una mirada desafiante- Tranquilo es igual.
-¿Quién paga?
-Yo invito, me siento generoso.
-¿Gonzalo el tacaño invitando? Esto es una noticia.
-Lo que le pasa es que le gusta la mesera.
-No digan estupideces.
-Venga Gonzalo, si es que es como para no fijarse, ¿la han visto?- le di una colleja en toda la cabeza- ¿Qué hacés?
-No seás baboso.
Me acerqué a la barra y deje la cuenta con la plata y una nota, pensando que al leerla supiera que la carpeta la tenía yo.
Al girarme vi como los tres salían del local. Al coger la cuenta, me di cuenta de que había una nota entre la plata…
….tan cerca y a la vez tan lejos, me conformo con soñarte…
Un momento, esa frase es mía, ¿de dónde la sacó?
“¡Diablos!”… Esta fue la palabra que más repetí nada más aterrizar en el aeropuerto de Barajas en Madrid, desde luego no podría irme peor, o sí, ya no lo sé… Toda la ilusión que tenía cuando me subí al avión en Buenos Aires se había esfumado. Aún bien no había llegado a Madrid y ya echaba de menos a mi familia, a mis hermanos chiquitos haciendo de las suyas por la casa y mi mamá tras ellos. Era consciente de que esa imagen no la volvería a ver en mucho tiempo, es posible que fueran unos meses, pero también cabía la posibilidad de que fueran años, cosa que solo de pensarla me aterraba, pero supongo que era un obstáculo con el que tenía que lidiar si quería ayudar a mi familia. Atrás habían quedado mis ilusiones de poder estudiar en la Universidad, que desde pequeña tuve claro lo que iba a estudiar, periodismo. Acá en Madrid todo iba a ser diferente, la vida, las costumbres, la gente, la ciudad… Lo único que me consolaba es que no tenía que aprenderme un nuevo idioma. Bien, voy a dejar de contarles de mis desgracias y les hablaré un poco de mí. Me llamo Ornella, tengo 18 años y nací en Buenos Aires. Mi familia es humilde, mi papá, Ignacio, trabaja en la industria de la madera y mi mamá, Julieta, es ama de casa. Tengo dos hermanos chiquitos, Leo y Malena, tienen 8 años los dos, son unos diablillos, pero los quiero mucho. Me considero una chica inteligente, aunque me enojo con mucha facilidad y por cosas sin importancia, soy muy nerviosa y para decisiones importantes suelo ser bastante indecisa. Me gustaría destacar esto último, porque ese es el motivo por el que nunca me atreví a confesar mis sentimientos a un chico de mi barrio y que ahora sabía que no me haría caso, sería una más en su innumerable club de fanáticas histéricas. Él pertenece a otro mundo muy diferente al mío, tan grande y tan inalcanzable, que me conformo con soñar que estoy a su lado, la noche es el único momento del día en el que me siento aliviada, sabiendo que soy solamente de mi dulce y querido Gonzalo Higuain, sí, seguramente lo conocerán, incluso me atrevo a asegurar que son unas locas fanáticas de él, ¿me equivoco? Solamente soy suya en mis sueños, solamente en mis sueños. Bien, ahora que ya me conocen lo suficiente, y saben de mis desgracias sentimentales, voy a empezar a relatarles lo que fue mi llegada y mis primeros pasos en Madrid, donde tenía pensado empezar un nuevo sueño, pero como verán ahora, no fue la mejor manera de empezar un sueño. El primer paso hacia mi gran sueño fue perder las maletas en el aeropuerto, sí, y dirán ustedes, ¿pero esta que dice de un gran sueño?... Llámenme loca, pero fue mi primera experiencia fuera de Buenos Aires, no fue demasiado agradable pero al fin y al cabo debo aprender de estas difíciles situaciones. Después de una espantosa disputa con los responsables de las maletas me di por vencida sabiendo que mis maletas no aparecerían nunca, aunque me dijeran que me llamarían en cuanto las encontrara, desde luego. Salí del aeropuerto y empecé a caminar sin rumbo con lo único que tenía, mi bolsa de mano, en la que llevaba únicamente mi celular, una campera, mis lentes y una carpeta. Se preguntarán por qué llevo una carpeta en una bolsa de mano, pues tiene una sencilla respuesta. Esa carpeta es sagrada para mí, en ella tengo toda la información sobre Gonzalo, mi Gonzalo, tengo recortes de diarios, fotografías, críticas, cartas que escribo para él sin esperanza de que pueda leerlas algún día, esas cartas que escribo por las noches cuando pienso en él y en lo inalcanzable que es para mí. Además la carpeta está llena de sus fotografías en todo el exterior, por lo que se puede adivinar mi gran obsesión por él. Nada más salir de las inmediaciones del aeropuerto empezó a caer una lluvia muy intensa, en ese momento debí exclamar mi trigésimo “diablos” en lo que iba de día. No tenía con que cubrirme ni dónde. Así que decidí coger mi carpeta y sentarme sobre ella delante de un establecimiento esperando a que la lluvia amainara. Después de un rato sentada, decidí llamar a mis papás para contarles de mi llegada, pero imagínense la desgracia, mi celular no funcionaba, ¿qué le había pasado? Si es que mejor no podía irme, en ese celular tenía la mejor foto de Gonzalo .Mírenla:
- Spoiler:
¿Por qué a mí? Menos mal que siempre me quedarán las cabinas telefónicas, tenía unas monedas sueltas, así que me dirigí hasta una cabina para llamar a mi familia. En el trayecto hacia la cabina y mi conversación duraron unos 5 minutos, el tiempo suficiente para que alguien se llevara mi carpeta. “¡Excelente!” Ahora también me quedé sin mi carpeta, sin mi carpeta de Gonzalo, que era lo más valioso que tenía. Me resigné a perderla para siempre. Sin celular y sin carpeta retomé el camino, pero ¿a dónde iba a ir? Ni siquiera conocía la ciudad. Estaba con la moral por los suelos, pero ni crean que mis desgracias acabaron acá, para nada. Cuando estaba caminando, un estúpido baboso que pasó con su maravilloso auto deportivo me mojó aún más de lo que ya estaba. En ese momento solo pude soltar unos insultos bastante desagradables que no quiero repetir, ni se les ocurra pedírmelo, no lo haré, aunque insistan. Justo en ese momento pensé que lo mejor sería regresarme a Buenos Aires con mi familia, pero entonces ¿de qué serviría este viaje? Tenía que aprovecharlo. Mi papá me había dicho que aunque las cosas me fueran re mal, siguiera adelante, porque mi papá siempre dice que las cosas malas que le suceden a alguien son por algún motivo y que la vida te acabará recompensando. Suspiré y me decidí a entrar en un café que me encontré, necesitaba algo caliente urgente. Una vez me atendieron, caí en que no tenía plata. Adivinen que salió de mis labios… “¡Diablos!” Creo que esta palabra se va a convertir en mi favorita. No se rían, no le veo el chiste. Mientras bebía, pensaba en las cosas buenas que podían pasarme acá, entonces una sonrisa se dibujó en mi rostro. Entre tanta desgracia no me había enterado de que mi Gonzalo estaba viviendo acá en Madrid, volvía a tenerlo tan cerca y tan lejos de nuevo. Solo pensar que en cualquier momento me lo puedo cruzar por cualquier calle, cualquier bar, esquina, supermercado, cine… en cualquier lugar. En medio de ese maravilloso pensamiento apareció en mi mente de nuevo la falta de plata y cómo iba a pagar, me quedé dormida apoyada contra el cristal del café pensando qué podría hacer para pagar mi café. En esas estaba cuando se acercó a mí el dueño del establecimiento.
-Jovencita, jovencita…- insistía intentando despertarme de mi profundo sueño- Jovencita…
-¿Qué sucede?- pregunté aún medio adormilada.
-Te quedaste dormida…
-Discúlpeme, yo…- dije muy avergonzada intentando arreglar la situación.
-No pasa nada, no te preocupes…
-Es que yo, no tengo con qué pagarle… haré lo que sea…
-No es necesario, pero creo que sé como compensarte…
-¿Compensarme? ¿Por qué?-pregunté extrañada.
-Sí, con solo verte puedo adivinar que no has tenido un buen día, ¿verdad?
-Pues la verdad es que no, nada me ha salido bien hoy, ha sido un desastre…
-Pues bien, como no tienes con qué pagarme y yo necesito personal, ¿qué te parecería trabajar aquí?
-¿Yo? ¿Trabajar acá? ¿Está hablando en serio?
-Muy en serio… Además, necesitas darte un baño, estarás helada.
-Es cierto- dije observándome de arriba abajo- Pero no es necesario que se preocupe tanto por mí, ni siquiera me conoce.
-Lo sé, pero me inspiras confianza, así que, si aceptas quedarte yo te ofrezco una habitación y un trabajo.
-El trabajo puedo aceptarlo, y quizás el baño también, pero desde luego no puedo aceptarle que me deje quedarme en su casa, sería un abuso de mi parte, no quiero molestar.
-Insisto, te quedarás en mi casa, al menos hasta que encuentres una vivienda estable y puedas costearla, y no acepto una negativa.
-Está bien…-no podía creérmelo, al fin parecía que las cosas empezaban a funcionar, de la nada me saqué un trabajo y una casa donde vivir, desde luego sí que este había sido un golpe de suerte- Muchísimas gracias, no sé como agradecerle…
-No tienes que agradecerme, solo tienes que subir a la casa y darte un buen baño, si quieres puedes empezar esta misma noche.
-Por supuesto, esta noche empiezo- estaba realmente feliz, ¿pueden creérselo?
-Por cierto, no me he presentado, me llamo Hernán López, y soy el dueño de este café.
-Encantada, yo soy Ornella, Ornella Piatti, un gusto señor López.
-El gusto es mío Ornella, ¿eres argentina?
-Sí, de Buenos Aires.
-¿Qué haces aquí?
-Motivos laborales, supongo.
-Eres una muchacha emprendedora.
-Supongo que sí, eso dice mi papá.
-Venga, subamos a mi casa- me dijo dirigiéndome a una puerta que estaba al fondo del local- Bien, ya llegamos, allí está el baño, ahora te traigo algo de ropa de mi hija, supongo que te servirá, sois muy parecidas.
-Gracias.
Entré en el baño y empecé a desvestirme. Me sentía extraña, pero no sé muy bien por qué, supongo que por estar en la casa de un desconocido y usando su baño. Giré el mando de la ducha y sentí como un chorro de agua caliente me golpeó la cara nada más entrar. Sin duda necesitaba ese baño como gloria bendita. Al salir me envolví rápidamente en una toalla que alcancé. El señor Pérez llamó a la puerta y me pasó algo de ropa.
-Muchas gracias, ahora salgo.
-Tranquila, tómate el tiempo que necesites.
Me vestí rápidamente y me dirigí hacia el living, era muy espacioso.
-Supuse que te valdría la ropa de mi hija, tendréis más o menos la misma edad. Ven, te mostraré tu habitación.
Lo seguí hasta mi habitación…
-Compartirás habitación con Yanel, mi hija, espero que no te importe…
-Para nada, ¿pero a ella le gustará la idea?
-Estoy seguro de que sí, últimamente anda medio atontada con la cultura argentina.
-¿En serio?
-Sí, yo no sé qué le pasa, pero últimamente todo es Argentina para arriba, cumbia para abajo…
-Bueno, tengo terreno adelantado.
-Supongo que sí, pero bueno, será mejor que nos demos prisa que hoy el local estará abarrotado…
-¿Y eso a qué se debe?
-Es que hoy juega el Real Madrid, y la gente que no pueda ir al Bernabéu vendrá aquí, así que prepárate para el estrés futbolero.
-Estoy acostumbrada, puede creerme. En Argentina el fútbol es una religión.
-Es verdad, ¿estás lista entonces para tu primer día?
-Eso creo- dije muy ilusionada, mi primer día sería hoy, un día en el que podría disfrutar de un partido viendo a mi Gonzalo jugar, ojalá meta un gol, lo celebraré como la que más.
Bajamos al local y poco a poco empezó a llenarse de gente, desde luego que tenía razón el señor López, eso estaba abarrotado, y el alboroto se volvía insoportable, pero con suerte solo lo tendría que vivir una vez a la semana. Entre descansos de atender mesas miraba el partido, allí estaba él, dándolo todo en la cancha como siempre. Un luchador, como decía mi papá. Y llegó el momento más lindo del partido, mi Gonzalo había pateado desde la esquina del área y había marcado un golazo, y solo era el minuto 7 de encuentro.
- Spoiler:
-Bueno, otro día productivo, sin duda- suspiró el señor López.
-Sí, eso parece- dije contenta.
-¿Estas feliz no?
-¿Por qué lo dice?
-Porque te vi cuando Higuain metió el primer gol… debes estar orgullosa de que sea argentino, como tú.
-Pues sí, mucho. Me alegra saber que el fútbol argentino está creciendo y que Gonzalo se sienta orgulloso de ser lo que es.
-¡Hola papi!- gritó una chica que acababa de entrar, supuse que era la hija del señor López, y era del Real.
-¡Hola hija! ¿Te lo pasaste bien?
-Más que bien, me lo pasé genial, menudo golazo de Higuain, ¿lo viste?
-Claro que lo vi, lo vimos todos.
-¿Y quién es ella?
-Me llamo Ornella, un placer.
-Igualmente, yo soy Yanel, la hija del dueño.
-Es la nueva camarera y vivirá con nosotros.
-¿De verdad? ¿La habrás puesto en mi cuarto no?
-Claro que sí, sabía que te gustaría.
-Como no me va a gustar, si es argentina, porque eres argentina ¿no?
-Sí, sí que lo soy.
-Me alegra mucho conocerte, seguro que nos llevaremos muy bien.
-Eso espero.
-Mira papá lo que he conseguido- dijo sacando una libreta del bolsillo.
-¡Guau! Menudo logro. ¿Estarás contenta al fin?
-Pues sí, ahora dormiré con el autógrafo de Higuain bajo la almohada.
Esas palabras se me habían clavado en el corazón. Yanel había conseguido algo que yo solo conseguí en mis sueños, y eso que lo tuve más cerca que ella y más tiempo, y ni eso había logrado. Me senté triste en una de las sillas pensando en ello, Yanel tenía algo que pertenecía a mi Gonzalo, mi Gonzalo querido, ¡cómo la envidiaba en ese momento!
-¿Te pasa algo?- me preguntó Yanel acercándose.
-No, nada, tranquila, es que estoy algo cansada.
-Pues será mejor que subas a acostarte. Yanel, acompáñala.
-Claro. Ven, así nos conocemos mejor…
Hoy he tenido la peor sesión de entrenamiento de toda mi vida, ni que nos jugáramos la final de la Champions League. Había sido aburrida y agotadora, creo que llegaré a casa y no me levantaré en horas. Aún por encima de ser un día pesado, tenía que aguantar las bromas de mis compañeros, al principio tienen hasta gracia, pero luego se vuelven insoportables. Cuando me dirigía al auto Cristiano me detuvo.
-Pipa, ¿te vas ya?
-Pues claro que me voy, estoy muerto del cansancio- dije apoyándome contra la puerta del auto.
-Es verdad, hoy se ha pasado el míster con la sesión, espero que no la vuelva a repetir porque si no le reclamo.
-¿Qué vas a reclamar? No tenés poder acá.
-Pero tengo mis derechos como ser humano, exijo un mínimo de normalidad en las sesiones.
-Bueno Cris, me voy ya antes de que descubra que esto no es una pesadilla.
-Sí. Es la cruda realidad del futbolista, Pipa, es lo que tú elegiste.
-Hasta el partido- dije subiéndome al auto.
-Nos vemos.
Mientras iba manejando me acordé que tenía que hacerle unas diligencias a mi mamá. Estacioné delante del establecimiento y cuando ya terminé de hacer lo encomendado por mi mamá observé que estaba lloviendo a mares. “¡Genial!” me dije “lo que faltaba”, cuando me iba a subir al auto me tropecé con una carpeta que estaba en el suelo, me arrodillé a recogerla y vi que la persona que fuera dueña de esta carpeta estaba prácticamente enamorada de mí.
- Spoiler:
- Spoiler:
Al instante supuse que pertenecía a una chica, probablemente una adolescente de instituto, ¿cómo podría haberse olvidado esto acá? Digo yo que tendría cosas importantes. Me subí al auto con la carpeta y con la esperanza de encontrar algún dato que me llevase hasta la dueña de la carpeta. Cuando llegué a la casa, entregué las diligencias a mi mamá y me senté en el sofá del living para examinar a fondo la carpeta que había encontrado.
-¿Qué hacés Gonzalo?- me preguntó mi mamá.
-Trato de averiguar a quién le pertenece esta carpeta que me encontré cuando subí al auto.
-Gonzalo, no está bien remover en las cosas ajenas.
-No empecés mamá. Quizás acá adentro encuentre algo sobre la persona que la perdió.
-Como querás, de todas formas no está bien.
Abrí la carpeta con mucho cuidado, nada más abrirla, supe que esa carpeta no tenía lo que se decía contenido escolar, más bien eran cosas sobre mí. Al girar la tapa me fijé en algo que estaba escrito, lo leí: Si estás leyendo esto es que obviamente tenés mi carpeta, mi dirección es… Esperá, esta dirección es de Argentina. O sea, que la persona que perdió esta carpeta es argentina, era obvio, por la dirección y por el español. En seguida me puse a investigar a ver qué me encontraba en aquella carpeta. Entonces llegó mi papá.
-Hola hijo, ¿qué hacés?- preguntó sentándose a mi lado.
-Saber de quién es esta carpeta.
-Vaya, eres un rompecorazones, las tenés locas a todas.
-Venga, papá, sabés que eso no me importa.
-Lo sé, por eso te lo digo.
-Muy gracioso.
Analicé detenidamente cada cosa que me iba encontrando en aquella misteriosa carpeta, fotografías, diarios, notas a papel, artículos de prensa… Estaba repleta de cosas mías que ni siquiera sabía que existían.
-Esto va más allá del fútbol, hijo, está enamorada de vos.
-¿Otra vez?
-Es la verdad, o no lo ves. Te admira demasiado, te considera un dios prácticamente.
-Eso parece- dije cogiendo un papel que estaba doblado en medio de las demás hojas. Comencé a leerlo y me di cuenta de que lo que decía mi papá era mucho más que cierto. Esa chica estaba realmente enamorada de mí y sentía frustración por no poder verme, por no tenerme cerca. En cierto modo me sentía culpable, esa chica estaba sufriendo por mi culpa, sí, no se extrañen, técnicamente es mi culpa. Lo curioso es que es una chica que debería conocer, vivió en el mismo barrio que yo, pero ¿quién podría ser? No lograba recodar absolutamente nada, esa etapa de mi vida parecía estar ya muy lejana para poder recordarla con exactitud.
-¿Te sucede algo Gonzalo?- preguntó mi papá al verme en silencio.
-No, solo que estaba pensando, tranquilo.
Las palabras de esa carta se me habían quedado grabadas en la memoria con fuego, sobre todo las últimas palabras: ….tan cerca y a la vez tan lejos, me conformo con soñarte mi dulce y querido Gonzalo…. Sin duda me quedé muy sorprendido, nunca pensé que alguien pudiese llegar a sentir esto por mí. ¿Ustedes saben de alguien que esté pasando por esto? ¿Sí? Pues me contarán si resulta difícil, porque la verdad solo de imaginar el sufrimiento de esta chica me aterro. Que lindas palabras, pero ¿quién era la autora?
Después del partido, seguía pensando quién podía ser la chica que tan enamorada estaba de mí. Cuando llegué a la casa solo tenía ganas de acostarme y no levantarme hasta muy tarde, hoy había sido un día agotador. Por la mañana me desperté con los gritos de mi mamá que intentaba despertar a Lautaro, este nene por qué será que no espabila, parece que tenga ganas de escucharla, ¿a ustedes no les pasa? ¿a qué es insoportable? Cuando me levanté me di una ducha para despejarme, en eso estaba cuando llegaron Ezequiel y Fernando.
-Pasen- los recibió mi mamá- Gonzalo se está duchando.
Salí de la habitación y me dirigí al living donde Ezequiel y Fernando conversaban animadamente.
-Buenos días, bello durmiente- ironizó Fernando.
-¿Ustedes sienten placer cuando madrugan?
-Gonzalo, espabilate que hoy queremos aprovechar el día de descanso con vos.
-¿Qué tienen pensado?
-Conocemos un nuevo café cerca de acá, podemos ir a desayunar, ¿te parece?
-Dale, voy por mi celular.
Salimos de la casa rumbo al café, yo seguía pensando en la chica de la carpeta, mientras no tenga nombre tendré que llamarla así.
-Gonzalo, ¿estás bien?- me preguntó Ezequiel.
-Sí, no se preocupen, ando falto de sueño últimamente.
-¿Y quién no? Como sigamos con estas sesiones espartanas acabaremos muertos.
-Ya lo creo.
-Acá es, entremos.
Cuando me desperté Yanel no estaba en la cama, Dios mío, ¿qué hora era? Salí de la habitación a toda prisa y bajé las escaleras hasta la cocina de la casa, allá estaban el señor López y Yanel desayunando.
-Buenos días, ¿cómo amaneciste?- preguntó Yanel.
-Buenos días, amanecí bien gracias.
-Ven, desayuna algo, que hoy nos espera un largo día.
-Papá, siempre dices lo mismo, todos los días son iguales.
Después del desayuno nos fuimos los tres al local, habría mucha demanda de gente que vendría a desayunar.
-Bueno papá, me voy ya que es muy tarde.
-No corras.
-¡Ay Dios mío! No me lo puedo creer.
-¿Qué te pasa hija?
-Mira quién vino a desayunar…
-Vaya, hoy tenemos clientes especiales.
-Orne, ¿a qué no adivinas quien vino a desayunar?
-Pues como no sea el príncipe no sé a qué se debe tanta alegría. Vaya, me olvidé el reloj en la habitación, ahora vuelvo.
Mientras Yanel y el señor López organizaban todo para empezar el día. Cuando Yanel salía del local, Gonzalo la detuvo.
-Disculpá…
-¿Sí?- pregunté nerviosa, no todos los días te para un futbolista para hablar contigo.
-¿La chica que estaba con vos es argentina?
-¿Ornella? Sí, es argentina, ¿por qué?
-¿No sabrás de qué parte de Argentina llega no?
-Creo que me dijo que venía del barrio de… espera… el barrio de….
-¿Palermo?
-Eso, Palermo.
-Gracias por la información.
-¿Para qué querías saberlo?
-Es que tengo algo que le pertenece.
-¿A qué te refieres?
-Me encontré ayer una carpeta cerca de acá, y es de una chica argentina que vive en el barrio de Palermo, ¿creés que pueda ser ella?
-¿La carpeta está llena de cosas tuyas?
-Sí- dijo sonriente, desde luego esa sonrisa me mataba.
-Pues entonces es ella, sin duda. No sabes lo importante que es para ella esa carpeta, anoche estuvo maldiciendo al que se la había robado. Pero a ti no creo que te diga nada. Vaya, mejor me voy si no quiero llegar tarde.
-Gracias de nuevo.
-No hay de qué.
Regresé al local y me detuvo el señor López.
-Ornella, esta mañana te quedarás sola en el local.
-¿Y eso? ¿Ha sucedido algo?
-Tengo un amigo hospitalizado y quería visitarlo, espero que no te importe.
-Para nada, no se preocupe, yo me encargo de todo. Váyase tranquilo.
-Muchas gracias, volveré para la hora de la comida.
-Hasta la vista.
Bueno, me iba a tocar encargarme del local sola, mi primer día al mando. De momento solo había un grupito de chicos conversando, parecía una mañana tranquila.
-Ahora regreso, no tardo.
-¿A dónde vas Gonzalo?
-No tardo, me olvidé una cosa, ya regreso.
-¿Cuándo será el día que no se le olvide algo?
-No tiene remedio.
Corrí hasta la casa en busca de aquella carpeta, al fin había encontrado a su dueña, Ornella, que lindo nombre. Regresé al local con un papel y un bolígrafo.
-¿Qué hacés?- preguntó Fernando.
-¿Acaso te importa?
-No hace falta que te enojes.
-¿Y ya han pedido sin mí? ¿Es que no tienen educación?
-No fueses tan despistado, no tenemos la culpa.
-Yo mismo iré personalmente.
Vaya, aquellas botellas del estante superior parecían bastante sucias, podría limpiarlas mientras nadie llegaba, aprovecharía el tiempo, supongo que al señor López no le importaría. Me subí a un taburete bien alto para poder alcanzar el estante y las botellas con facilidad. Entonces una voz detuvo mi tranquilidad.
-¿Necesitás ayuda?- no pude ver quién había hecho esa pregunta, estaba de espaldas.
-No, gracias ya…- al girarme me maldije por no conocer esa voz, era él, en cuanto lo vi me tropecé y casi me parto una pierna.
-¿Estás bien?
-Sí, estoy bien, gracias…- conseguí decir nerviosa- ¡Ay!- exclamé tocándome la rodilla.
-¿De verdad estás bien? No quiero sentirme culpable- que lindo se puso cuando dijo eso.
-De verdad…- no pude sostenerle la mirada ni un solo segundo. Me limité preguntarle que iba a desayunar y se lo serví en la mesa. No me lo podía creer, al fin pude hablar con él, aunque me vi bastante torpe.
-¿Qué escribís?- miré a Fernando con una mirada desafiante- Tranquilo es igual.
-¿Quién paga?
-Yo invito, me siento generoso.
-¿Gonzalo el tacaño invitando? Esto es una noticia.
-Lo que le pasa es que le gusta la mesera.
-No digan estupideces.
-Venga Gonzalo, si es que es como para no fijarse, ¿la han visto?- le di una colleja en toda la cabeza- ¿Qué hacés?
-No seás baboso.
Me acerqué a la barra y deje la cuenta con la plata y una nota, pensando que al leerla supiera que la carpeta la tenía yo.
Al girarme vi como los tres salían del local. Al coger la cuenta, me di cuenta de que había una nota entre la plata…
….tan cerca y a la vez tan lejos, me conformo con soñarte…
Un momento, esa frase es mía, ¿de dónde la sacó?
Última edición por 20_higuain_09 el Mar 29 Mar 2011 - 10:10, editado 1 vez
20_higuain_09- Mensajes : 23
Fecha de inscripción : 15/03/2011
Re: ....me conformo con soñarte, Mi dulce Gonzalo Higuain (L).... te amo!!
Ahhhhhhhhhhhhhh Vane!! me encanta... como se va poniendo buena la cosa y desde el primer cap... no me imagino lo que sera mas adelante!! queremos mas caps!!!!!!!!!
Re: ....me conformo con soñarte, Mi dulce Gonzalo Higuain (L).... te amo!!
me alegro que te haya gustado!!! proximamente llegara el proximo!! un besazo!!
20_higuain_09- Mensajes : 23
Fecha de inscripción : 15/03/2011
Re: ....me conformo con soñarte, Mi dulce Gonzalo Higuain (L).... te amo!!
Me encanta el fic esta super interesante, haber si me animo y escribo yo uno que tengo algunas ideas!
GENIAL EL TUYO!
GENIAL EL TUYO!
LuciaHiguainita- Mensajes : 2
Fecha de inscripción : 17/03/2011
CAPÍTULO II: ¿ME QUIERE, NO ME QUIERE?
después de una espera corta pero considerable, aquí os dejo el segundo capítulo, más largo que el anterior, es que me emociono escribiendo y me dan ganas de contaros toda la historia del tirón, pero no puedo, tendré que conformarme con ir capítulo a capítulo, aunque a este ritmo imagino que serán muy pocos, jajajajjajajjaja, un beso enorme, y por cierto, espero que alguien se anime y empiece a publicar el suyo.... bueno, sin mas rollos os dejo el segundo capítulo:
CAPÍTULO II: ¿ME QUIERE, NO ME QUIERE?
Me quedé un buen rato observando aquella nota que él, mi dulce Gonzalo, había dejado entre la plata y la cuenta, se la habría dejado sin querer o lo habría hecho a propósito… no me lo podía creer, cuando estaba más absorta que nunca en aquella nota, llegó Yanel toda apurada.
-¿Y a ti que te pasa?- no le respondí- Orne…. Orne… ¡Orne!
-¿Qué pasa?
-Lo mismo te digo… ¿qué hay tan interesante en esa nota eh?
-Nada… no es nada- dije restándole importancia al asunto y aterrizando.
-¿Cómo que nada? Ahora mismo me lo vas a enseñar- dijo intentando arrebatarme la nota.
-Que no es nada…- dije tratando de esconder la nota.
-¿De verdad? ¿Y por qué tratas de esconderlo? Espera…. Eso te lo dio Higuain ¿verdad?- dijo con una sonrisa pilla.
-¿Qué decís? ¿Qué iba a mandarme Gonzalo nada?
-Mírala ella… Gonzalo, ¿qué confianzas son esas eh?
-Ay, ya, dejalo, ¿sí?
-Déjame ver la nota… anda… por favor…
-Como querás… mirá…- dije tendiéndole la nota.
-Que tierno es este Higuain… como yo me lo imaginaba…
-¿Querés dejar de sacar conclusiones de donde no las hay?
-No me mientas, que se te nota…
-Dame eso…
-No te enfades, yo te prometo que no se lo digo a nadie… de verdad
-¿Pero qué querés decir? Si no hay nada que decir.
-No me mientas… Sé que esto lo escribió Higuain- dijo intimidándome.
-Está bien… creo que sí fue él, no me lo entregaron en mano… apareció entre la plata.
-Bueno, voy a creerte… Y si es él, ¿qué piensas hacer?
-¿A qué te referís? ¿Qué querés que haga? ¿Acaso debo hacer algo?
-Pues yo creo que deberías decirle algo, o escribirle algo, no sé…
-¿Estás loca? Eso jamás…
-¿Por qué?
-Porque esta nota no dice nada…
-¿Cómo que no dice nada? Es una clara señal…
-¿Una señal de qué?
-¡Ay! Es que hay que decírtelo todo…
-Que me escriba esto no quiere decir que sienta algo por mí, si ni siquiera me conoce… Además, sé que jamás se fijaría en alguien como yo…
-Ahora sí que no, ¿y por qué no podría fijarse en alguien como tú?
-Dejalo, será mejor que dejemos el tema, ¿te parece?
-Como quieras, lo dejamos, pero piensa muy bien lo que quiere decir esa nota, piénsalo muy bien.
-Te prometo que no haré otra cosa en el día…- dije irónica. Era obvio que Gonzalo no podía sentir nada por mí, absolutamente nada.
-Bueno, me voy arriba a la habitación, necesito un descanso…
-Claro que lo necesitas…
-¿Qué estás insinuando?
-Nada, nada, sube y descansa.
-Por cierto, ¿y mi padre?
-¿No te contó?
-No, no me dijo nada.
-Se fue a ver a un amigo al hospital, regresará pronto.
-Vaya, pues no tenía ni idea.
En ese mismo instante llega el señor López de visitar a su amigo en el hospital.
-¿Cómo está su amigo?
-Gracias a Dios está bien, nada grave.
-Me alegro.
-¿Cómo te ha ido la mañana?
-Tranquila, la verdad, sin mucho trabajo.
-¿Tranquila? Eso sí que es raro.
-¿En serio? Pues sí, lo es. Por cierto, ¿qué tal se portaron los chicos del Madrid?
-Estupendamente papá… incluso dejaron propina…
-¿De verdad? Mira que son majos…
-¿A que sí?- dijo Yanel mirándome.
-¿Te sucede algo Ornella?
-No, nada. No se preocupe.
-Por cierto papá, esta tarde quería pedirte que dejaras que Orne viniera conmigo a hacer unas compras, necesita ropa urgentemente.
-Claro, así le podrás enseñar la ciudad.
-No es necesario…
-No te vas a escaquear, vendrás conmigo y punto.
-Está bien, iré.
-No te preocupes Ornella, yo me encargaré del local, creo que podré solo.
Mientras iba caminando junto con Ezequiel y Fernando iba pensando si había hecho lo correcto dejándole esa nota a Ornella, quizás podría molestarse, o incluso acusarme de ladrón… ¡Dios mío! No podía permitir eso, para nada soy un ladrón, solo intentaba averiguar a quién pertenecía la carpeta, solo eso.
-Gonzalo, ¿estás bien?- me preguntó Fernando.
-Sí…- suspiré.
-¿De verdad? Desde que salimos del café andás como en otro mundo…
-Lo que yo les dije, a Gonzalo le gusta la mesera, es la verdad…
-Ezequiel, si volvés a decir cualquier estupidez más, sabrás lo que es bueno…
-Perdóneme usted, acabo de despertar a la bestia…
-Ezequiel, dejalo ya, es mejor no molestarlo cuando está así.
Lo peor aún no había pasado. Mucho me temía que Ezequiel iba a abrir su gran bocota e iba a largarle a todo el mundo que me gustaba la mesera del café, ¿se imaginan los comentarios de mis compañeros? Dios, hoy me esperaba una verdadera tortura, y a golpe de lunes, peor no podía ser. Entré al campo de entreno y empecé a saludarme con los compañeros, todos tenían la misma cara, de sueño. Pronto llegó el entrenador y parecía venir con un humor de perros que daba miedo verlo.
-Yo creo que nos toca sesión espartana- me dijo bajito Cristiano.
-¿Otra vez?- preguntó asustado Karim.
-Yo es que ya me estoy acostumbrando…- dije.
-Muy gracioso, Pipa- dijo Cristiano dándome un codazo.
-¿Qué? Solo era por romper el hielo…
-¿El hielo? No digas bobadas.
-Buenos días muchachos, ¿cómo han amanecido?
-Mejor que usted seguro- dijo para sí Cristiano.
-¿Decían algo? Bueno, hoy les traigo buenas noticias.
-¿Buenas noticias? ¿A qué se refiere?- preguntó Iker.
-Hoy, no entrenaremos aquí, hoy nos iremos al gimnasio, haremos algo más relajado.
-Y al fin Dios me escuchó…-exclamó Cristiano. Todos nos echamos a reír.
-Venga, no se quejen y caminen.
Todos caminamos hacia el gimnasio, al fin un día relajado pensé.
-Fer, ven aquí- me gritó Cristiano a lo lejos.
-¿Sucede algo?
-¿Has visto a Gonzalo?
-Sí, está muy raro, pero ni me preguntés, no sé qué le pasa.
-Yo sí sé lo que le pasa…- dijo Ezequiel acercándose.
-Suelta…
-Ezequiel no empecés con el cuento de la mesera…
-¿Cuál mesera?
-La mesera del café al que fuimos antes de venir para acá.
-O sea, que al Pipa le gusta una chica ¿no?
-Pues otra cosa no se me ocurre, lleva así desde que salimos del café, ¿qué otra cosa podría ser?
-Yo prefiero no sacar conclusiones precipitadas- dije dejándolos solos.
-Fer, eres un soso- gritó Cristiano.
-Miralo, está en otro planeta, tiene que ser amor.
-Oye, ¿y la chica está bien?
-¿Bien? Está re linda, tendrías que verla, es normal que se fijara en ella.
-Por como lo dices sí que tiene que ser hermosa, pobre Pipa.
-¿Pobre? ¿Por qué?
-Por dos cosas: primero, la chica nunca se fijará en él, ¿lo has visto? Y segundo, esto le puede afectar al rendimiento.
-Tenés razón, tenemos que ayudarlo.
-¿Ayudarlo? ¿Cómo?
-Animarlo a que se lance, si le gusta la mina tiene que hacerlo.
-Yo casi mejor no me meto, que a lo mejor la veo y me animo yo antes.
-Muy buena.
Los llevaba observando un buen rato, y desde luego no me gustaba para nada la actitud en la que conversaban esos dos, tenía miedo de que tramaran algo para Gonzalo y se pusiera como una hidra, no lo han visto, pero enojado asusta muchísimo. Por eso decidí acercarme a Gonzalo para contarle.
-Gonzalo, ¿puedo hablar con vos un segundo?
-¿Qué pasa ahora?
-Tranquilo, no pasa nada, o eso creo.
-Explicate mejor, no logro entenderte.
-¿Habés visto a Ezequiel y Cristiano?
-Sí, allá están, conversando, ¿cuál es el problema?
-Que Ezequiel soltó lo de la mesera…
-Ese pibe es estúpido, no sé por qué me lo imaginaba, dejalo…
-¿Y si sacan conclusiones que no son? Yo no quiero que te enojes.
-Tranquilo, no pasa nada-dijo levantándose.
-Esperá… Gonzalo, vos podés ser sincero conmigo, sabés que no se lo diría a nadie.
-Está bien- suspiró- te lo contaré, pero como largués algo…
-Descuida, no largaré nada, podés contarme.
-Mirá, cuando terminemos acá te comento, ahora no es el mejor lugar para conversar sobre esto.
-Tenés razón, entonces hablamos luego.
-Yanel, ¿estás ya?-no entiendo que hace esta mina metida en el aseo tanto tiempo.
-Ahora salgo- gritó.
-Eso dijiste hace 30 minutos.
-Ya estoy, tranquila.
-¿Hace falta que pasés tanto tiempo allá adentro?
-Bueno mujer, quería arreglarme como Dios manda.
-Sería incapaz de estar tanto tiempo adentro.
-Algún día lo harás, estoy segura.
-¿Por qué lo decís?
-No tiene importancia, ¿nos vamos?
-Adelante, vayamos antes de que sea hora de regresar.
-Venga, que no es tan tarde.
Las dos salimos después de despedirnos del señor López.
-Pasadlo bien, y gastad mucho.
-Dalo por hecho papá- dijo dándole un beso.
-Hasta más tarde.
-Ya me contaréis.
-Me da pena dejar a tu papá solo en el café.
-Mira que eres, mi padre supo hacerse cargo del café él solo durante años, ¿crees que no podrá sobrevivir una tarde sin ti?
-Tenés razón, ¿a dónde vamos?
-A unos grandes almacenes.
-OK. Espero que no haya ninguna aglomeración…
-Lo dudo, es lunes, cuando hay más gente es los viernes y los domingos por las mañanas.
-Lo conocés muy bien por lo que veo.
-Mucho más de lo que crees. Mira, ya llegamos.
-¿Dijiste grandes almacenes? No son grandes, son gigantes.
-Muy buen chiste Orne, ¿qué esperabas?
-Es que soy de barrio, donde yo vivo no hay estas cosas.
-Pues ya puedes ir acostumbrándote. Además aquí vienen a comprar las celebridades.
-¿Las celebridades?
-Sí, los cantantes, los futbolistas, los actores… ya sabes.
-Sí, me imagino.
-¿A qué viene esa cara?
-¿Cuál cara?
-La que acabas de poner, espera, ya sé lo que te pasa.
-¿Acaso ahora leés los pensamientos?
-No, pero cuando te dije futbolistas te cambió la cara al instante. Sabes que puedes encontrarte con Higuain en cualquier momento por aquí.
-No empecemos otra vez, dejá ya ese tema.
-Está bien, como quieras, pero sabes que tengo razón.
-Fer, ¿estás listo?
-Sí, un segundo, ya nos vamos.
-Gracias por ofrecerme tu confianza, no me falles.
-Tranquilo, sabés que no será así. Soy tu amigo.
-¿Nos vamos?
-Adelante, ¿a dónde querés ir?
-No sé… a cualquier parte en donde no haya ningún chismoso.
-¿Te parece buen lugar mi casa?
-Me parece perfecto.
-Vayamos pues.
Una vez llegamos a la casa de Fernando una sensación extraña me llenó por dentro.
-Gonzalo, ¿te encontrás bien?
-Sí, creo que sí.
-Sentate, ¿querés algo de tomar?
-No gracias, estoy bien así.
-Bueno, soy todo oídos.
-Fer, creo que me estoy enamorando.
-Esperá, entonces ¿Ezequiel tiene razón?
-Sí, sí, la tiene.
-¿Y cómo así? Si no la conocés de nada, ¿o sí?
-No la conozco, no, pero sé muchas cosas de ella.
-Un momento, ¿cómo es posible que sepas de ella si no la conocés?
-¿Recordás la carpeta que encontré ayer?
-Ah, ¿es de ella?
-Sí, es suya.
-¿Y qué hay adentro?
-Pues cosas mías, artículos, fotografías, cartas…
-¿En serio? Entonces ella está loca por vos.
-Mucho más que eso, y me siento culpable.
-¿Culpable por qué?
-Es que debería conocerla, ella vivió en mi barrio desde siempre y ella nunca se atrevió a acercarse a mí y sufrió muchísimos por eso, por no poder verme ni saber de mí.
-Vaya, lo siento mucho, debe ser muy duro sentir eso.
-Pues sí.
-¿Y qué vas a hacer?
-De momento le dejé una nota junto con la plata esta mañana.
-¿Y qué escribiste?
-Una frase que se me quedó grabada en la mente cuando la leí en una de sus cartas.
-¿Cuál es?
-Tan cerca y a la vez tan lejos, me conformo con soñarte.
-¿Y qué buscás con eso?
-Que sepa que yo tengo su carpeta.
-Es una buena táctica, ojalá y te de resultados.
-Gracias, por cierto, ¿te parece si vamos al café?
-¿No aguantás sin verla verdad?
-Eso parece, pero no sé por qué.
-Porque estás enamorado, Gonzalo, es eso, no estás enfermo.
-Vayamos entonces.
-No sé cómo podés aguantar todo esto.
-No es para tanto, además, te hace falta ropa.
-Eso es cierto, mis maletas no llegarán nuca.
-Esos del aeropuerto son un desastre, a mí ya me pasó y no me devolvieron la maleta hasta pasado un mes.
-Vaya, veo que es costumbre por acá.
-Más o menos.
-Estoy agotada, ¿nos vamos?
-¡Mira!
-¿Qué pasa?
-¿Esta no es la camiseta de Argentina?
-Sí, esta es, la albiceleste.
-Me encanta, es más bonita que la de España.
-¿Por qué lo decís?
-Es que la de España no tiene nada que ver con los colores de la bandera.
-Eso no importa. Hay muchos equipos que visten así, sin tener que ver con la bandera, mirá Italia, todo de azul.
-Es verdad, no me había dado cuenta. Mira que son raros eh.
-Un poco sí, la verdad.
-Bueno, esta nos la llevamos, la podemos compartir.
-¿Compartir?
-Sí, ¿acaso nunca compartiste ropa con una amiga?
-No, siempre usé la mía.
-Pues a partir de ahora compartiremos la ropa.
-Una nueva experiencia.
-Además usamos el mismo estilo de vestir, no nos será difícil entendernos.
-Eso creo.
-Bien, será mejor que nos vayamos, ya se hace tarde.
-Sí, vayámonos.
-Hola papá, ya llegamos.
-Hola hija, al fin llegasteis. ¿Habéis comprado mucho?
-¿No lo ves?
-No debería consentirla tanto- dije.
-Ya no hay vuelta atrás.
-Ahora mismo me pongo al trabajo.
-Como quieras, pero no es necesario, ves que no hay nadie, está vacío.
-Pero de igual forma no tengo nada que hacer, no me importa.
-Yo subo a dejar esto y me quedo a haceros compañía.
-Esta nena está loca por la ropa.
-Lo sé, lo sé, a mí me lo vas a contar.
-Orne, alguien vino a verte- me giré. Allí estaba él, otra vez.
-¿Qué le pasa?
-¿Todavía lo preguntas? Está loca por Higuain, ¿o no lo notas?
-Y yo creo que él también siente algo por ella, ¿viste cómo la buscó nada más entrar?
-A mí ya no me gusta, che- dijo Fernando.
-¿Y por qué no?
-¿La viste? Lleva la camiseta de River, es millonaria, no es mi tipo.
-Muy gracioso, Fer.
-Era broma, de verdad. Está bien linda.
-Lo sé, y con esa camiseta aún está mejor.
-Gonzalo, tranquilo, relajate.
-¿Tenés un papel o algo?
-Dejame mirar, pero no sé.
-Disculpad la interrupción- dijo Yanel, la amiga de Ornella- Necesitas esto, ¿verdad?- dijo dándome un papel y un bolígrafo.
-Gracias.
-No hay de qué. Suerte.
-¿Qué vas a escribir?
-Estoy pensando…
¿Qué podría escribir esta vez?
-Ya lo tengo…
-¿A ver?- dijo Fernando acercándose al papel- Con solo una mirada, con solo una sonrisa tuya ya soy feliz, imaginate lo que sentiría si consiguiera que me besaras. Es bien linda, ¿de dónde la sacaste?
-De una de sus cartas, todas son así.
-¿Cuánto tiempo más pensás seguir con este juego de las notas?
-Hasta que ella se dé cuenta de que tengo yo su carpeta.
-¿Y cómo sabrás eso?
-Espero que me dé una señal.
-Adelante.
No podía dejar de mirarlo, es demasiado lindo para evitarlo. Cuando recibí de nuevo la cuenta, observé que había otra nota, quizás Yanel tenga razón y Gonzalo se ha fijado en mí. Cogí la nota y la leí…. Con solo una mirada, con solo una sonrisa tuya ya soy feliz, imaginate lo que sentiría si consiguiera que me besaras. Esta es otra de las frases de mis cartas… esperá, ¿será que él tiene mi carpeta? No, no puede ser, o sí. ¡Ay Dios mío! Qué lío. Mi cabeza era todo un mar de dudas en ese momento, no sabía qué pensar.
-¿Otra nota?
-Sí.
-Te dije que Higuain te está mandando señales, y muy claras, parece que no te das cuenta.
-Es que no sé.
-Yo si fuera tú le devolvía la señal.
-¿Y cómo?
-Eso ya lo pensaremos, pero ahora vayámonos a dormir, ya es algo tarde y estoy agotada.
-Es verdad, vayamos a dormir, mañana nos espera un nuevo día.
-¿Ese es mi móvil verdad?
-Vos sabrás.
-Anda, me parece que no nos vamos a dormir.
-¿Cómo que no?
-Vendrás conmigo a un local buenísimo.
-De eso nada, ¿creés que tengo el cuerpo para irme de fiesta?
-Venga, vendremos temprano, no creas que soy de las que regresa a las 10 de la mañana con la resaca de toda la madrugada.
-Está bien, pero regresamos temprano.
-Te lo prometo. Solo serán unas horas, además quiero ver a unos amigos que hace tiempo que no veo.
-OK.
-Así mientras vas pensando en cómo devolverle la señal a tu Gonzalo…- dijo burlona.
-No tiene gracia.
-Claro que la tiene.
Estaba realmente enamorado de esa chica, pero ¿por qué? Mi cabeza no lograba borrar su imagen, estaba realmente linda con la camiseta de River, imagino cómo sería estar ella con esa camiseta de River a solas conmigo…
Una risa tonta se dibujó en mi cara, cosa que observaron mis papás y mi hermano.
-Gonzalo, ¿estás bien?- preguntó mi papá sentándose a mi lado.
-¿Eh? Sí, sí, estoy bien…
-¿En qué andabas pensando?
-Nada importante…
-Por tu cara no diría lo mismo…
-¿Cuál cara?
-La que pusiste hace un momento.
-Yo creo que Gonzalo tiene novia…- dijo mi hermano burlón.
-Nene, ¿por qué no te callás?
-Hijo, no tiene nada de malo que te guste una chica- dijo mi mamá.
-¿Por qué están empeñados en sacar conclusiones de donde no las hay?
-No podés mentir peor… Se te nota que andás enamorado de una mina, Gonzalo- dijo mi papá.
-Como quieran, a ustedes no puedo mentirles…
-¿Y quién es? ¿La conocemos?- preguntó mi mamá intrigada.
-No la conocen…
-¿Entonces?
-Es la chica de la carpeta- dije medio avergonzado.
-¿En serio? ¿Y es linda?- preguntó mi papá.
-Papá…
-¿Qué? Tenés que traerla a la casa, para conocerla…
-Papá, si ni siquiera hemos empezado nada, ella no sabe nada…
-¿Y a qué esperás?
-En eso estoy…
-¿La estás conquistando todavía?
-Sí, eso es, quiero que se dé cuenta sin que yo le diga nada…
-¿Y cómo le harás?
-Eso dejamelo a mí…
-Como querás, Casanova- dijo mi papá dándome en la espalda.
-Ese debe de ser Fernando…
-¿Lo llamaste?- preguntó mi mamá.
-Sí, quedamos de salir esta noche…
-Hola Gonzalo, ¿estás listo?
-¿Acaso no me ves?
-Pues venga, que Ezequiel está abajo esperando…
-¿Ezequiel también viene?
-Sí, no me quedó más remedio que traerlo….
-Bueno… lo aguantaré una noche más…
-Cuídense.
-Lo haremos ma.
Salimos de la casa y nos subimos al auto de Ezequiel.
-¿A dónde nos llevás?- pregunté.
-A un local nuevo que recién abrieron.
-Espero que no sea como el último al que fuimos- suspiró Fernando.
-Ay Fer, mirá que sós…
-¿Es este?
-Sí, este es…
-Así por fuera parece bueno…- dijo Fer.
-Otra cosa es por dentro…- contesté.
Nos bajamos y entramos, había tanto ambiente que era imposible distinguir a nadie y mucho menos hablar.
-¿Qué es esto?- pregunté nada más llegar.
-Por Dios, es una discoteca, ¿nunca has estado en una?
-Lo más parecido a esto en Argentina es un boliche, pero es mejor que esto.
-Bueno, pues aquí no hay de eso, lo siento.
-Veamos que hay adentro.
-Pues lo que hay en cualquier local como este, música y mucha gente.
-Un caos ¿no?
-Más o menos ¡Mira! Ahí están mis amigos, ven que nos presentamos.
-Hola, Yane, cuánto tiempo- saludó uno de los amigos de Yanel.
-Hola, Rodri, ¿qué tal todo?
-De maravilla, ¿tú?
-Ahí vamos, tirando, como siempre.
-¿Y esta chica?
-Ah, es una amiga, trabaja como camarera en el local de mi padre, se llama Ornella.
-Un gusto Ornella, soy Rodrigo- me dio 2 besos.
-Igualmente.
-Bueno, y estos son Daniel, Pablo, Pedro, Paula, Irene y Macarena.
-Un gusto a todos- dije saludándolos.
-Lo mismo decimos.
-¿Eres argentina?- me preguntó Rodrigo.
-Sí, de Buenos Aires.
-Siempre tuve curiosidad por conocer una chica argentina…
-Rodri tranquilo que Orne ya está ocupada- dijo Yanel dándome un suave codazo- ¿Verdad?
-Bueno… Más o menos…
-¿Cómo es eso?
-Nada, que un chico le ha echado el ojo y bueno… ahí están…
-Vaya, llegué tarde, seguro ese chico no es tan guapo como yo…
-Rodri, ese chico es más guapo que tú y más guapo que todos…
-Ni que fuera Cristiano Ronaldo…
-¿Qué dices? Ese para nada, es un superficial…
-Pues no sé quién podrá superarme…
-Viva la humildad, Rodri…
-Orne, ¿estás bien?
-Sí, solo que no estoy acostumbrada a este ambiente, nada más…
-Un momento, ¿esto no es cumbia?- preguntó Yanel gritando como una loca.
-Sí, es cumbia argentina…- respondí contenta, esa música me recordaba mis momentos en Argentina con mis amigos.
-¿Bailamos?
-Dale, esta música me gusta- dije saliendo a la pista con Yanel.
-¿Quieren algo de tomar?- pregunté.
-Claro, te acompaño- respondió Rodri muy amable.
-Esto está a reventar- exclamó Fer.
-Sí, para ser nuevo, parece que cogió fama- le dije.
-Sí, parece que sí, pero mejor así. Cuanta más gente más minitas hay por ahí sueltas sin que las domen.
-Ezequiel, ¿no podrás pensar en otra cosa?
-Mira que son sosos ustedes dos, hay que disfrutar del ambiente. Miren esas de allá. Andan sueltas.
-Ni que fueran perros.
-Gonzalo, perros no, son gatitas, gatitas salvajes sin dueño, lo están buscando, verás que bien las cuido.
-Dios, no tenés remedio.
-Gonzalo, mirá, ¿esa no es Ornella?
-Sí, es ella- dije feliz.
-Menuda sonrisa se te puso de repente.
-Fer, ¿creés que deba hablar con ella?
-No sé, yo creo que no deberías romper la magia del momento con eso de las notas, está bien lindo ese juego.
-Tenés razón, procuraré que no me vea, por si acaso.
-Como querás, amigo.
-Cada vez que la miro parece más linda.
-Ay Gonzalo, estás bien loquito. Un momento, mirá, Ornella está con un pibe, ¿sabés quién es?
-Andá, pues no tengo ni idea, ¿quién podrá ser?- dije algo atemorizado.
-Gonzalo, cómo te cambió la cara de repente, ¿estás celoso?
-¿Qué voy a estar celoso? Si ni conozco al pibe ese.
-Como vos digas, pero lo parecés.
-Ya estamos de regreso- dije con las bebidas.
-¿Red Bull?
-Sí, ¿algo de malo?
-Para nada, solo que a mí el único Red Bull que me gusta es el coche de F1- dijo Yanel.
-Será mejor dicho que lo único que te gusta es Sebastian Vettel.
-Muy simpático.
-Estás loquita por él, reconócelo.
-Como para no estarlo, ¿lo conoces Orne?
-¿A Vettel? Pues claro que lo conozco, es un gran piloto.
-Ay mujer, un gran piloto, un gran piloto… Si está para comérselo.
-Déjalo Pau, a ella le gusta más otro, ¿verdad?
-No empecés con las indirectas, ¿querés?
-¿Qué os traéis vosotras dos?- preguntó Paula.
-Nada, nada, no nos hagas caso.
-Oíd chicas, hoy es el concurso del karaoke, ¿os apuntáis?- preguntó Rodrigo.
-¿Estás de broma? Pero si ni sé cantar, además a saber que canciones ponen ahí, seguro que nos cuelan una del año de la posguerra.
-¿Qué dices Orne? ¿Sabes cantar o algo?
-Sí, me defiendo bastante bien, no me puedo quejar.
-¿Te apuntas entonces?
-Eso no me lo pierdo- dijo Yanel.
-Pues claro, ¿por qué no?
Me fui acompañada de Rodrigo hasta una especie de escenario. El concurso consistía en cantar una serie de canciones que te iban poniendo, no podías escogerlas, entonces si te tocaba una que no sabías o no conocías, perdías el juego. Parecía divertido, por eso acepté, el duelo pintaba interesante, creo que tenía muy buena memoria musical, así que si me ponían una canción antigua creo que podría defenderme.
-Mirá, Gonzalo, ¿esa no es la mesera del café?- preguntó Ezequiel.
-Sí, es ella.
-Pues se va a lanzar a cantar, que bueno. Igual y te sale una novia cantante.
-¿Y qué tendría de malo?
-Nada, solo digo, que se puede hacer famosa, e irse de gira y no la verías casi nunca.
-Ezequiel, callate, ¿querés?
-Fer, ¿por qué siempre te metés en conversaciones ajenas?
-Fue a hablar, el que no es chismoso.
-Dejen ya de discutir, ¿quieren?
Estaba bien nerviosa, era la primera vez que cantaría delante de tanta gente, aunque el público imponía bastante, por momentos me sentí bastante cómoda. Las únicas veces que había cantado habían sido en la habitación de mi casa delante del espejo o como mucho en casa de una amiga, las dos juntas, pero nunca delante de una gran multitud. Pero como a mí no me gusta perder ni al parchís, tenía que demostrarle a todo el mundo mi gran talento musical. Las canciones que debía cantar iban apareciendo una a una en un monitor que tenía delante, una vez terminaba una empezaba otra, y siempre tenía la opción de escoger tener la letra delante o cantarla de memoria si estabas bien seguro de conocerla. Bien, mis canciones fueron las siguientes, debo reconocer que tuve mucha suerte:
Ángel- Belinda
Common denominator- Justin Bieber
One time- Justin Bieber
U smile- Justin Bieber
Obladi Oblada- The Beatles
Prisionera- Pilar Montenegro
Todo mi amor- Paulina Rubio
Otra oportunidad- Preciados
Somos- Melocos
Loose yourself- Eminem
Unfaithful- Rihanna
Buscando el amor- Sonohra
Io e te- Sonohra
Sarà perchè ti amo- Ricchi e poveri
Usted- Luis Miguel
Ti amo in tutte le lingue- Andrea Napoleone
Blame it on the boogie- The Jackson Five
Cry me a river- Justin Timberlake
Escucha atento- Laura Pausini
Shadow- Britney Spears
El reto lo ganas cuando superas todas las canciones perfectamente, sin errores. Si una canción la cantabas mal, o cometías algún fallo se terminaba el reto.
-Vaya con la mesera- exclamó Ezequiel.
-Gonzalo, tenés una suerte extraordinaria- me dijo Fernando.
-Si es que más perfecta ya no podía ser, además de linda, canta espectacular.
-Estás enfermo…
-Ezequiel no empecemos, dejalo que sea feliz, y si está enamorado que lo esté, ¿o tiene algo de malo?
-¿Y cuándo vas a lanzarte a por ella?
-Eso sonó re mal, pero pronto le confesaré lo que siento, solo que tengo que encontrar el momento, el lugar y las circunstancias adecuadas.
-No pides nada…
-¡Ole, ole y ole! Has estado espectacular- gritó Yanel abrazándome como una loca.
-No ha sido para tanto, mujer…
-Y aún por encima se resta méritos, no seas tan humilde, disfruta de la prepotencia de vez en cuando.
-Tiene razón, yo creo que nadie superará eso nunca…- dijo Paula.
-De verdad, felicitaciones- me dijo Macarena.
-Gracias, gracias, gracias… Pero no es necesario que me feliciten tanto.
-Mira que eres cabezota…
-Me viene de familia- dije riéndome- Si me disculpan me voy a los servicios.
-Un momento, ¿te has fijado en quién está ahí?
-¿De quién hablás?
-Ese de allí…
-¿Ese? Ezequiel Garay, cancherito asqueroso, no sabés cuánto lo odio…
-Disculpa mi ignorancia, pero ¿qué es eso de cancherito?
-Pues es un pibe que se hace el superior con las minas… Un baboso con todas sus letras.
-¿Acaso lo conoces?
-Más o menos, fue novio de la hermana más joven de mi papá, prefiero no recordar el daño que le hizo.
-Vaya, lo dices muy segura…
-Pues claro que lo digo muy segura, les recomiendo y no se acerquen a ese… pibe- dije dirigiéndome a los servicios.
Y no se imaginan la escena que presencié nada más salir…
-Oí, baboso, ¿por qué mejor no la dejás tranquila?
-Bueno, bueno, veo que la fiesta se pone interesante, ya son dos…
-Ni se te ocurra ponerme tus asquerosas manos encima o te arrepentirás de haberlo hecho.
-¿Qué vas a hacerme? ¿Vas a pegarme?- dijo burlón.
-¿De verdad querés saber lo que voy a hacerte?- dije acercándome poco a poco a él.
-Esperá, acá puede ser peligroso, ¿por qué mejor no nos vamos a mi departamento?
-Mirá, cancherito, ahora más que nunca lo que siento por vos es asco- dos segundos después le propine un rodillazo en su punto más débil- Para que aprendas a tratar a una mujer. ¿Estás bien?- le pregunté a Paula.
-Sí, estoy bien, gracias.
-Ese baboso no aprenderá nunca, ¿nos vamos?
Bueno, creo que regresaré a la casa, lo que le acaba de pasar a Ezequiel le está bien empleado…
-¿Te vas ya? Todavía es temprano…
-Si, yo sé, pero después de ver esto prefiero irme antes que tener que aguantarlo toda la noche…
-Es cierto, tenés razón. En ese caso, buenas noches y maneja con cuidado.
-Descuida, eso haré. Hasta mañana.
-Hasta mañana.
Me fui hasta el auto sin sacarme de la cabeza a Ornella, aquellas canciones la había cantado con mucho sentimiento, como si las sintiera de verdad. Ornella me ama sinceramente, y sentía en mi corazón que mi deber era corresponderla, y eso estaba dispuesto a hacerlo, tenía que conquistarla como fuera, aunque algo me decía que sería una tarea bastante compleja, no creo que sea de las que se deje enamorar tan fácilmente, después de todo lo que sufrió, no creo que se confíe demasiado. Posiblemente no llegue a creer en mí, y solo pensar en eso me aterro, aunque ella tenga sus motivos para hacerlo. Sin más entretenimiento me subí al auto y manejé hasta la casa, necesitaba meditar y descansar, mañana sería un nuevo día hacia la conquista de Ornella.
CAPÍTULO II: ¿ME QUIERE, NO ME QUIERE?
Me quedé un buen rato observando aquella nota que él, mi dulce Gonzalo, había dejado entre la plata y la cuenta, se la habría dejado sin querer o lo habría hecho a propósito… no me lo podía creer, cuando estaba más absorta que nunca en aquella nota, llegó Yanel toda apurada.
-¿Y a ti que te pasa?- no le respondí- Orne…. Orne… ¡Orne!
-¿Qué pasa?
-Lo mismo te digo… ¿qué hay tan interesante en esa nota eh?
-Nada… no es nada- dije restándole importancia al asunto y aterrizando.
-¿Cómo que nada? Ahora mismo me lo vas a enseñar- dijo intentando arrebatarme la nota.
-Que no es nada…- dije tratando de esconder la nota.
-¿De verdad? ¿Y por qué tratas de esconderlo? Espera…. Eso te lo dio Higuain ¿verdad?- dijo con una sonrisa pilla.
-¿Qué decís? ¿Qué iba a mandarme Gonzalo nada?
-Mírala ella… Gonzalo, ¿qué confianzas son esas eh?
-Ay, ya, dejalo, ¿sí?
-Déjame ver la nota… anda… por favor…
-Como querás… mirá…- dije tendiéndole la nota.
-Que tierno es este Higuain… como yo me lo imaginaba…
-¿Querés dejar de sacar conclusiones de donde no las hay?
-No me mientas, que se te nota…
-Dame eso…
-No te enfades, yo te prometo que no se lo digo a nadie… de verdad
-¿Pero qué querés decir? Si no hay nada que decir.
-No me mientas… Sé que esto lo escribió Higuain- dijo intimidándome.
-Está bien… creo que sí fue él, no me lo entregaron en mano… apareció entre la plata.
-Bueno, voy a creerte… Y si es él, ¿qué piensas hacer?
-¿A qué te referís? ¿Qué querés que haga? ¿Acaso debo hacer algo?
-Pues yo creo que deberías decirle algo, o escribirle algo, no sé…
-¿Estás loca? Eso jamás…
-¿Por qué?
-Porque esta nota no dice nada…
-¿Cómo que no dice nada? Es una clara señal…
-¿Una señal de qué?
-¡Ay! Es que hay que decírtelo todo…
-Que me escriba esto no quiere decir que sienta algo por mí, si ni siquiera me conoce… Además, sé que jamás se fijaría en alguien como yo…
-Ahora sí que no, ¿y por qué no podría fijarse en alguien como tú?
-Dejalo, será mejor que dejemos el tema, ¿te parece?
-Como quieras, lo dejamos, pero piensa muy bien lo que quiere decir esa nota, piénsalo muy bien.
-Te prometo que no haré otra cosa en el día…- dije irónica. Era obvio que Gonzalo no podía sentir nada por mí, absolutamente nada.
-Bueno, me voy arriba a la habitación, necesito un descanso…
-Claro que lo necesitas…
-¿Qué estás insinuando?
-Nada, nada, sube y descansa.
-Por cierto, ¿y mi padre?
-¿No te contó?
-No, no me dijo nada.
-Se fue a ver a un amigo al hospital, regresará pronto.
-Vaya, pues no tenía ni idea.
En ese mismo instante llega el señor López de visitar a su amigo en el hospital.
-¿Cómo está su amigo?
-Gracias a Dios está bien, nada grave.
-Me alegro.
-¿Cómo te ha ido la mañana?
-Tranquila, la verdad, sin mucho trabajo.
-¿Tranquila? Eso sí que es raro.
-¿En serio? Pues sí, lo es. Por cierto, ¿qué tal se portaron los chicos del Madrid?
-Estupendamente papá… incluso dejaron propina…
-¿De verdad? Mira que son majos…
-¿A que sí?- dijo Yanel mirándome.
-¿Te sucede algo Ornella?
-No, nada. No se preocupe.
-Por cierto papá, esta tarde quería pedirte que dejaras que Orne viniera conmigo a hacer unas compras, necesita ropa urgentemente.
-Claro, así le podrás enseñar la ciudad.
-No es necesario…
-No te vas a escaquear, vendrás conmigo y punto.
-Está bien, iré.
-No te preocupes Ornella, yo me encargaré del local, creo que podré solo.
Mientras iba caminando junto con Ezequiel y Fernando iba pensando si había hecho lo correcto dejándole esa nota a Ornella, quizás podría molestarse, o incluso acusarme de ladrón… ¡Dios mío! No podía permitir eso, para nada soy un ladrón, solo intentaba averiguar a quién pertenecía la carpeta, solo eso.
-Gonzalo, ¿estás bien?- me preguntó Fernando.
-Sí…- suspiré.
-¿De verdad? Desde que salimos del café andás como en otro mundo…
-Lo que yo les dije, a Gonzalo le gusta la mesera, es la verdad…
-Ezequiel, si volvés a decir cualquier estupidez más, sabrás lo que es bueno…
-Perdóneme usted, acabo de despertar a la bestia…
-Ezequiel, dejalo ya, es mejor no molestarlo cuando está así.
Lo peor aún no había pasado. Mucho me temía que Ezequiel iba a abrir su gran bocota e iba a largarle a todo el mundo que me gustaba la mesera del café, ¿se imaginan los comentarios de mis compañeros? Dios, hoy me esperaba una verdadera tortura, y a golpe de lunes, peor no podía ser. Entré al campo de entreno y empecé a saludarme con los compañeros, todos tenían la misma cara, de sueño. Pronto llegó el entrenador y parecía venir con un humor de perros que daba miedo verlo.
-Yo creo que nos toca sesión espartana- me dijo bajito Cristiano.
-¿Otra vez?- preguntó asustado Karim.
-Yo es que ya me estoy acostumbrando…- dije.
-Muy gracioso, Pipa- dijo Cristiano dándome un codazo.
-¿Qué? Solo era por romper el hielo…
-¿El hielo? No digas bobadas.
-Buenos días muchachos, ¿cómo han amanecido?
-Mejor que usted seguro- dijo para sí Cristiano.
-¿Decían algo? Bueno, hoy les traigo buenas noticias.
-¿Buenas noticias? ¿A qué se refiere?- preguntó Iker.
-Hoy, no entrenaremos aquí, hoy nos iremos al gimnasio, haremos algo más relajado.
-Y al fin Dios me escuchó…-exclamó Cristiano. Todos nos echamos a reír.
-Venga, no se quejen y caminen.
Todos caminamos hacia el gimnasio, al fin un día relajado pensé.
-Fer, ven aquí- me gritó Cristiano a lo lejos.
-¿Sucede algo?
-¿Has visto a Gonzalo?
-Sí, está muy raro, pero ni me preguntés, no sé qué le pasa.
-Yo sí sé lo que le pasa…- dijo Ezequiel acercándose.
-Suelta…
-Ezequiel no empecés con el cuento de la mesera…
-¿Cuál mesera?
-La mesera del café al que fuimos antes de venir para acá.
-O sea, que al Pipa le gusta una chica ¿no?
-Pues otra cosa no se me ocurre, lleva así desde que salimos del café, ¿qué otra cosa podría ser?
-Yo prefiero no sacar conclusiones precipitadas- dije dejándolos solos.
-Fer, eres un soso- gritó Cristiano.
-Miralo, está en otro planeta, tiene que ser amor.
-Oye, ¿y la chica está bien?
-¿Bien? Está re linda, tendrías que verla, es normal que se fijara en ella.
-Por como lo dices sí que tiene que ser hermosa, pobre Pipa.
-¿Pobre? ¿Por qué?
-Por dos cosas: primero, la chica nunca se fijará en él, ¿lo has visto? Y segundo, esto le puede afectar al rendimiento.
-Tenés razón, tenemos que ayudarlo.
-¿Ayudarlo? ¿Cómo?
-Animarlo a que se lance, si le gusta la mina tiene que hacerlo.
-Yo casi mejor no me meto, que a lo mejor la veo y me animo yo antes.
-Muy buena.
Los llevaba observando un buen rato, y desde luego no me gustaba para nada la actitud en la que conversaban esos dos, tenía miedo de que tramaran algo para Gonzalo y se pusiera como una hidra, no lo han visto, pero enojado asusta muchísimo. Por eso decidí acercarme a Gonzalo para contarle.
-Gonzalo, ¿puedo hablar con vos un segundo?
-¿Qué pasa ahora?
-Tranquilo, no pasa nada, o eso creo.
-Explicate mejor, no logro entenderte.
-¿Habés visto a Ezequiel y Cristiano?
-Sí, allá están, conversando, ¿cuál es el problema?
-Que Ezequiel soltó lo de la mesera…
-Ese pibe es estúpido, no sé por qué me lo imaginaba, dejalo…
-¿Y si sacan conclusiones que no son? Yo no quiero que te enojes.
-Tranquilo, no pasa nada-dijo levantándose.
-Esperá… Gonzalo, vos podés ser sincero conmigo, sabés que no se lo diría a nadie.
-Está bien- suspiró- te lo contaré, pero como largués algo…
-Descuida, no largaré nada, podés contarme.
-Mirá, cuando terminemos acá te comento, ahora no es el mejor lugar para conversar sobre esto.
-Tenés razón, entonces hablamos luego.
-Yanel, ¿estás ya?-no entiendo que hace esta mina metida en el aseo tanto tiempo.
-Ahora salgo- gritó.
-Eso dijiste hace 30 minutos.
-Ya estoy, tranquila.
-¿Hace falta que pasés tanto tiempo allá adentro?
-Bueno mujer, quería arreglarme como Dios manda.
-Sería incapaz de estar tanto tiempo adentro.
-Algún día lo harás, estoy segura.
-¿Por qué lo decís?
-No tiene importancia, ¿nos vamos?
-Adelante, vayamos antes de que sea hora de regresar.
-Venga, que no es tan tarde.
Las dos salimos después de despedirnos del señor López.
-Pasadlo bien, y gastad mucho.
-Dalo por hecho papá- dijo dándole un beso.
-Hasta más tarde.
-Ya me contaréis.
-Me da pena dejar a tu papá solo en el café.
-Mira que eres, mi padre supo hacerse cargo del café él solo durante años, ¿crees que no podrá sobrevivir una tarde sin ti?
-Tenés razón, ¿a dónde vamos?
-A unos grandes almacenes.
-OK. Espero que no haya ninguna aglomeración…
-Lo dudo, es lunes, cuando hay más gente es los viernes y los domingos por las mañanas.
-Lo conocés muy bien por lo que veo.
-Mucho más de lo que crees. Mira, ya llegamos.
-¿Dijiste grandes almacenes? No son grandes, son gigantes.
-Muy buen chiste Orne, ¿qué esperabas?
-Es que soy de barrio, donde yo vivo no hay estas cosas.
-Pues ya puedes ir acostumbrándote. Además aquí vienen a comprar las celebridades.
-¿Las celebridades?
-Sí, los cantantes, los futbolistas, los actores… ya sabes.
-Sí, me imagino.
-¿A qué viene esa cara?
-¿Cuál cara?
-La que acabas de poner, espera, ya sé lo que te pasa.
-¿Acaso ahora leés los pensamientos?
-No, pero cuando te dije futbolistas te cambió la cara al instante. Sabes que puedes encontrarte con Higuain en cualquier momento por aquí.
-No empecemos otra vez, dejá ya ese tema.
-Está bien, como quieras, pero sabes que tengo razón.
-Fer, ¿estás listo?
-Sí, un segundo, ya nos vamos.
-Gracias por ofrecerme tu confianza, no me falles.
-Tranquilo, sabés que no será así. Soy tu amigo.
-¿Nos vamos?
-Adelante, ¿a dónde querés ir?
-No sé… a cualquier parte en donde no haya ningún chismoso.
-¿Te parece buen lugar mi casa?
-Me parece perfecto.
-Vayamos pues.
Una vez llegamos a la casa de Fernando una sensación extraña me llenó por dentro.
-Gonzalo, ¿te encontrás bien?
-Sí, creo que sí.
-Sentate, ¿querés algo de tomar?
-No gracias, estoy bien así.
-Bueno, soy todo oídos.
-Fer, creo que me estoy enamorando.
-Esperá, entonces ¿Ezequiel tiene razón?
-Sí, sí, la tiene.
-¿Y cómo así? Si no la conocés de nada, ¿o sí?
-No la conozco, no, pero sé muchas cosas de ella.
-Un momento, ¿cómo es posible que sepas de ella si no la conocés?
-¿Recordás la carpeta que encontré ayer?
-Ah, ¿es de ella?
-Sí, es suya.
-¿Y qué hay adentro?
-Pues cosas mías, artículos, fotografías, cartas…
-¿En serio? Entonces ella está loca por vos.
-Mucho más que eso, y me siento culpable.
-¿Culpable por qué?
-Es que debería conocerla, ella vivió en mi barrio desde siempre y ella nunca se atrevió a acercarse a mí y sufrió muchísimos por eso, por no poder verme ni saber de mí.
-Vaya, lo siento mucho, debe ser muy duro sentir eso.
-Pues sí.
-¿Y qué vas a hacer?
-De momento le dejé una nota junto con la plata esta mañana.
-¿Y qué escribiste?
-Una frase que se me quedó grabada en la mente cuando la leí en una de sus cartas.
-¿Cuál es?
-Tan cerca y a la vez tan lejos, me conformo con soñarte.
-¿Y qué buscás con eso?
-Que sepa que yo tengo su carpeta.
-Es una buena táctica, ojalá y te de resultados.
-Gracias, por cierto, ¿te parece si vamos al café?
-¿No aguantás sin verla verdad?
-Eso parece, pero no sé por qué.
-Porque estás enamorado, Gonzalo, es eso, no estás enfermo.
-Vayamos entonces.
-No sé cómo podés aguantar todo esto.
-No es para tanto, además, te hace falta ropa.
-Eso es cierto, mis maletas no llegarán nuca.
-Esos del aeropuerto son un desastre, a mí ya me pasó y no me devolvieron la maleta hasta pasado un mes.
-Vaya, veo que es costumbre por acá.
-Más o menos.
-Estoy agotada, ¿nos vamos?
-¡Mira!
-¿Qué pasa?
-¿Esta no es la camiseta de Argentina?
- Spoiler:
-Sí, esta es, la albiceleste.
-Me encanta, es más bonita que la de España.
-¿Por qué lo decís?
-Es que la de España no tiene nada que ver con los colores de la bandera.
-Eso no importa. Hay muchos equipos que visten así, sin tener que ver con la bandera, mirá Italia, todo de azul.
-Es verdad, no me había dado cuenta. Mira que son raros eh.
-Un poco sí, la verdad.
-Bueno, esta nos la llevamos, la podemos compartir.
-¿Compartir?
-Sí, ¿acaso nunca compartiste ropa con una amiga?
-No, siempre usé la mía.
-Pues a partir de ahora compartiremos la ropa.
-Una nueva experiencia.
-Además usamos el mismo estilo de vestir, no nos será difícil entendernos.
-Eso creo.
-Bien, será mejor que nos vayamos, ya se hace tarde.
-Sí, vayámonos.
-Hola papá, ya llegamos.
-Hola hija, al fin llegasteis. ¿Habéis comprado mucho?
-¿No lo ves?
-No debería consentirla tanto- dije.
-Ya no hay vuelta atrás.
-Ahora mismo me pongo al trabajo.
-Como quieras, pero no es necesario, ves que no hay nadie, está vacío.
-Pero de igual forma no tengo nada que hacer, no me importa.
-Yo subo a dejar esto y me quedo a haceros compañía.
-Esta nena está loca por la ropa.
-Lo sé, lo sé, a mí me lo vas a contar.
-Orne, alguien vino a verte- me giré. Allí estaba él, otra vez.
-¿Qué le pasa?
-¿Todavía lo preguntas? Está loca por Higuain, ¿o no lo notas?
-Y yo creo que él también siente algo por ella, ¿viste cómo la buscó nada más entrar?
-A mí ya no me gusta, che- dijo Fernando.
-¿Y por qué no?
-¿La viste? Lleva la camiseta de River, es millonaria, no es mi tipo.
-Muy gracioso, Fer.
-Era broma, de verdad. Está bien linda.
-Lo sé, y con esa camiseta aún está mejor.
-Gonzalo, tranquilo, relajate.
-¿Tenés un papel o algo?
-Dejame mirar, pero no sé.
-Disculpad la interrupción- dijo Yanel, la amiga de Ornella- Necesitas esto, ¿verdad?- dijo dándome un papel y un bolígrafo.
-Gracias.
-No hay de qué. Suerte.
-¿Qué vas a escribir?
-Estoy pensando…
¿Qué podría escribir esta vez?
-Ya lo tengo…
-¿A ver?- dijo Fernando acercándose al papel- Con solo una mirada, con solo una sonrisa tuya ya soy feliz, imaginate lo que sentiría si consiguiera que me besaras. Es bien linda, ¿de dónde la sacaste?
-De una de sus cartas, todas son así.
-¿Cuánto tiempo más pensás seguir con este juego de las notas?
-Hasta que ella se dé cuenta de que tengo yo su carpeta.
-¿Y cómo sabrás eso?
-Espero que me dé una señal.
-Adelante.
No podía dejar de mirarlo, es demasiado lindo para evitarlo. Cuando recibí de nuevo la cuenta, observé que había otra nota, quizás Yanel tenga razón y Gonzalo se ha fijado en mí. Cogí la nota y la leí…. Con solo una mirada, con solo una sonrisa tuya ya soy feliz, imaginate lo que sentiría si consiguiera que me besaras. Esta es otra de las frases de mis cartas… esperá, ¿será que él tiene mi carpeta? No, no puede ser, o sí. ¡Ay Dios mío! Qué lío. Mi cabeza era todo un mar de dudas en ese momento, no sabía qué pensar.
-¿Otra nota?
-Sí.
-Te dije que Higuain te está mandando señales, y muy claras, parece que no te das cuenta.
-Es que no sé.
-Yo si fuera tú le devolvía la señal.
-¿Y cómo?
-Eso ya lo pensaremos, pero ahora vayámonos a dormir, ya es algo tarde y estoy agotada.
-Es verdad, vayamos a dormir, mañana nos espera un nuevo día.
-¿Ese es mi móvil verdad?
-Vos sabrás.
-Anda, me parece que no nos vamos a dormir.
-¿Cómo que no?
-Vendrás conmigo a un local buenísimo.
-De eso nada, ¿creés que tengo el cuerpo para irme de fiesta?
-Venga, vendremos temprano, no creas que soy de las que regresa a las 10 de la mañana con la resaca de toda la madrugada.
-Está bien, pero regresamos temprano.
-Te lo prometo. Solo serán unas horas, además quiero ver a unos amigos que hace tiempo que no veo.
-OK.
-Así mientras vas pensando en cómo devolverle la señal a tu Gonzalo…- dijo burlona.
-No tiene gracia.
-Claro que la tiene.
Estaba realmente enamorado de esa chica, pero ¿por qué? Mi cabeza no lograba borrar su imagen, estaba realmente linda con la camiseta de River, imagino cómo sería estar ella con esa camiseta de River a solas conmigo…
- Spoiler:
Una risa tonta se dibujó en mi cara, cosa que observaron mis papás y mi hermano.
-Gonzalo, ¿estás bien?- preguntó mi papá sentándose a mi lado.
-¿Eh? Sí, sí, estoy bien…
-¿En qué andabas pensando?
-Nada importante…
-Por tu cara no diría lo mismo…
-¿Cuál cara?
-La que pusiste hace un momento.
-Yo creo que Gonzalo tiene novia…- dijo mi hermano burlón.
-Nene, ¿por qué no te callás?
-Hijo, no tiene nada de malo que te guste una chica- dijo mi mamá.
-¿Por qué están empeñados en sacar conclusiones de donde no las hay?
-No podés mentir peor… Se te nota que andás enamorado de una mina, Gonzalo- dijo mi papá.
-Como quieran, a ustedes no puedo mentirles…
-¿Y quién es? ¿La conocemos?- preguntó mi mamá intrigada.
-No la conocen…
-¿Entonces?
-Es la chica de la carpeta- dije medio avergonzado.
-¿En serio? ¿Y es linda?- preguntó mi papá.
-Papá…
-¿Qué? Tenés que traerla a la casa, para conocerla…
-Papá, si ni siquiera hemos empezado nada, ella no sabe nada…
-¿Y a qué esperás?
-En eso estoy…
-¿La estás conquistando todavía?
-Sí, eso es, quiero que se dé cuenta sin que yo le diga nada…
-¿Y cómo le harás?
-Eso dejamelo a mí…
-Como querás, Casanova- dijo mi papá dándome en la espalda.
-Ese debe de ser Fernando…
-¿Lo llamaste?- preguntó mi mamá.
-Sí, quedamos de salir esta noche…
-Hola Gonzalo, ¿estás listo?
-¿Acaso no me ves?
-Pues venga, que Ezequiel está abajo esperando…
-¿Ezequiel también viene?
-Sí, no me quedó más remedio que traerlo….
-Bueno… lo aguantaré una noche más…
-Cuídense.
-Lo haremos ma.
Salimos de la casa y nos subimos al auto de Ezequiel.
-¿A dónde nos llevás?- pregunté.
-A un local nuevo que recién abrieron.
-Espero que no sea como el último al que fuimos- suspiró Fernando.
-Ay Fer, mirá que sós…
-¿Es este?
-Sí, este es…
-Así por fuera parece bueno…- dijo Fer.
-Otra cosa es por dentro…- contesté.
Nos bajamos y entramos, había tanto ambiente que era imposible distinguir a nadie y mucho menos hablar.
-¿Qué es esto?- pregunté nada más llegar.
-Por Dios, es una discoteca, ¿nunca has estado en una?
-Lo más parecido a esto en Argentina es un boliche, pero es mejor que esto.
-Bueno, pues aquí no hay de eso, lo siento.
-Veamos que hay adentro.
-Pues lo que hay en cualquier local como este, música y mucha gente.
-Un caos ¿no?
-Más o menos ¡Mira! Ahí están mis amigos, ven que nos presentamos.
-Hola, Yane, cuánto tiempo- saludó uno de los amigos de Yanel.
-Hola, Rodri, ¿qué tal todo?
-De maravilla, ¿tú?
-Ahí vamos, tirando, como siempre.
-¿Y esta chica?
-Ah, es una amiga, trabaja como camarera en el local de mi padre, se llama Ornella.
-Un gusto Ornella, soy Rodrigo- me dio 2 besos.
-Igualmente.
-Bueno, y estos son Daniel, Pablo, Pedro, Paula, Irene y Macarena.
-Un gusto a todos- dije saludándolos.
-Lo mismo decimos.
-¿Eres argentina?- me preguntó Rodrigo.
-Sí, de Buenos Aires.
-Siempre tuve curiosidad por conocer una chica argentina…
-Rodri tranquilo que Orne ya está ocupada- dijo Yanel dándome un suave codazo- ¿Verdad?
-Bueno… Más o menos…
-¿Cómo es eso?
-Nada, que un chico le ha echado el ojo y bueno… ahí están…
-Vaya, llegué tarde, seguro ese chico no es tan guapo como yo…
-Rodri, ese chico es más guapo que tú y más guapo que todos…
-Ni que fuera Cristiano Ronaldo…
-¿Qué dices? Ese para nada, es un superficial…
-Pues no sé quién podrá superarme…
-Viva la humildad, Rodri…
-Orne, ¿estás bien?
-Sí, solo que no estoy acostumbrada a este ambiente, nada más…
-Un momento, ¿esto no es cumbia?- preguntó Yanel gritando como una loca.
-Sí, es cumbia argentina…- respondí contenta, esa música me recordaba mis momentos en Argentina con mis amigos.
-¿Bailamos?
-Dale, esta música me gusta- dije saliendo a la pista con Yanel.
-¿Quieren algo de tomar?- pregunté.
-Claro, te acompaño- respondió Rodri muy amable.
-Esto está a reventar- exclamó Fer.
-Sí, para ser nuevo, parece que cogió fama- le dije.
-Sí, parece que sí, pero mejor así. Cuanta más gente más minitas hay por ahí sueltas sin que las domen.
-Ezequiel, ¿no podrás pensar en otra cosa?
-Mira que son sosos ustedes dos, hay que disfrutar del ambiente. Miren esas de allá. Andan sueltas.
-Ni que fueran perros.
-Gonzalo, perros no, son gatitas, gatitas salvajes sin dueño, lo están buscando, verás que bien las cuido.
-Dios, no tenés remedio.
-Gonzalo, mirá, ¿esa no es Ornella?
-Sí, es ella- dije feliz.
-Menuda sonrisa se te puso de repente.
-Fer, ¿creés que deba hablar con ella?
-No sé, yo creo que no deberías romper la magia del momento con eso de las notas, está bien lindo ese juego.
-Tenés razón, procuraré que no me vea, por si acaso.
-Como querás, amigo.
-Cada vez que la miro parece más linda.
-Ay Gonzalo, estás bien loquito. Un momento, mirá, Ornella está con un pibe, ¿sabés quién es?
-Andá, pues no tengo ni idea, ¿quién podrá ser?- dije algo atemorizado.
-Gonzalo, cómo te cambió la cara de repente, ¿estás celoso?
-¿Qué voy a estar celoso? Si ni conozco al pibe ese.
-Como vos digas, pero lo parecés.
-Ya estamos de regreso- dije con las bebidas.
-¿Red Bull?
-Sí, ¿algo de malo?
-Para nada, solo que a mí el único Red Bull que me gusta es el coche de F1- dijo Yanel.
-Será mejor dicho que lo único que te gusta es Sebastian Vettel.
-Muy simpático.
-Estás loquita por él, reconócelo.
-Como para no estarlo, ¿lo conoces Orne?
-¿A Vettel? Pues claro que lo conozco, es un gran piloto.
-Ay mujer, un gran piloto, un gran piloto… Si está para comérselo.
-Déjalo Pau, a ella le gusta más otro, ¿verdad?
-No empecés con las indirectas, ¿querés?
-¿Qué os traéis vosotras dos?- preguntó Paula.
-Nada, nada, no nos hagas caso.
-Oíd chicas, hoy es el concurso del karaoke, ¿os apuntáis?- preguntó Rodrigo.
-¿Estás de broma? Pero si ni sé cantar, además a saber que canciones ponen ahí, seguro que nos cuelan una del año de la posguerra.
-¿Qué dices Orne? ¿Sabes cantar o algo?
-Sí, me defiendo bastante bien, no me puedo quejar.
-¿Te apuntas entonces?
-Eso no me lo pierdo- dijo Yanel.
-Pues claro, ¿por qué no?
Me fui acompañada de Rodrigo hasta una especie de escenario. El concurso consistía en cantar una serie de canciones que te iban poniendo, no podías escogerlas, entonces si te tocaba una que no sabías o no conocías, perdías el juego. Parecía divertido, por eso acepté, el duelo pintaba interesante, creo que tenía muy buena memoria musical, así que si me ponían una canción antigua creo que podría defenderme.
-Mirá, Gonzalo, ¿esa no es la mesera del café?- preguntó Ezequiel.
-Sí, es ella.
-Pues se va a lanzar a cantar, que bueno. Igual y te sale una novia cantante.
-¿Y qué tendría de malo?
-Nada, solo digo, que se puede hacer famosa, e irse de gira y no la verías casi nunca.
-Ezequiel, callate, ¿querés?
-Fer, ¿por qué siempre te metés en conversaciones ajenas?
-Fue a hablar, el que no es chismoso.
-Dejen ya de discutir, ¿quieren?
Estaba bien nerviosa, era la primera vez que cantaría delante de tanta gente, aunque el público imponía bastante, por momentos me sentí bastante cómoda. Las únicas veces que había cantado habían sido en la habitación de mi casa delante del espejo o como mucho en casa de una amiga, las dos juntas, pero nunca delante de una gran multitud. Pero como a mí no me gusta perder ni al parchís, tenía que demostrarle a todo el mundo mi gran talento musical. Las canciones que debía cantar iban apareciendo una a una en un monitor que tenía delante, una vez terminaba una empezaba otra, y siempre tenía la opción de escoger tener la letra delante o cantarla de memoria si estabas bien seguro de conocerla. Bien, mis canciones fueron las siguientes, debo reconocer que tuve mucha suerte:
Ángel- Belinda
Common denominator- Justin Bieber
One time- Justin Bieber
U smile- Justin Bieber
Obladi Oblada- The Beatles
Prisionera- Pilar Montenegro
Todo mi amor- Paulina Rubio
Otra oportunidad- Preciados
Somos- Melocos
Loose yourself- Eminem
Unfaithful- Rihanna
Buscando el amor- Sonohra
Io e te- Sonohra
Sarà perchè ti amo- Ricchi e poveri
Usted- Luis Miguel
Ti amo in tutte le lingue- Andrea Napoleone
Blame it on the boogie- The Jackson Five
Cry me a river- Justin Timberlake
Escucha atento- Laura Pausini
Shadow- Britney Spears
El reto lo ganas cuando superas todas las canciones perfectamente, sin errores. Si una canción la cantabas mal, o cometías algún fallo se terminaba el reto.
-Vaya con la mesera- exclamó Ezequiel.
-Gonzalo, tenés una suerte extraordinaria- me dijo Fernando.
-Si es que más perfecta ya no podía ser, además de linda, canta espectacular.
-Estás enfermo…
-Ezequiel no empecemos, dejalo que sea feliz, y si está enamorado que lo esté, ¿o tiene algo de malo?
-¿Y cuándo vas a lanzarte a por ella?
-Eso sonó re mal, pero pronto le confesaré lo que siento, solo que tengo que encontrar el momento, el lugar y las circunstancias adecuadas.
-No pides nada…
-¡Ole, ole y ole! Has estado espectacular- gritó Yanel abrazándome como una loca.
-No ha sido para tanto, mujer…
-Y aún por encima se resta méritos, no seas tan humilde, disfruta de la prepotencia de vez en cuando.
-Tiene razón, yo creo que nadie superará eso nunca…- dijo Paula.
-De verdad, felicitaciones- me dijo Macarena.
-Gracias, gracias, gracias… Pero no es necesario que me feliciten tanto.
-Mira que eres cabezota…
-Me viene de familia- dije riéndome- Si me disculpan me voy a los servicios.
-Un momento, ¿te has fijado en quién está ahí?
-¿De quién hablás?
-Ese de allí…
-¿Ese? Ezequiel Garay, cancherito asqueroso, no sabés cuánto lo odio…
-Disculpa mi ignorancia, pero ¿qué es eso de cancherito?
-Pues es un pibe que se hace el superior con las minas… Un baboso con todas sus letras.
-¿Acaso lo conoces?
-Más o menos, fue novio de la hermana más joven de mi papá, prefiero no recordar el daño que le hizo.
-Vaya, lo dices muy segura…
-Pues claro que lo digo muy segura, les recomiendo y no se acerquen a ese… pibe- dije dirigiéndome a los servicios.
Y no se imaginan la escena que presencié nada más salir…
-Oí, baboso, ¿por qué mejor no la dejás tranquila?
-Bueno, bueno, veo que la fiesta se pone interesante, ya son dos…
-Ni se te ocurra ponerme tus asquerosas manos encima o te arrepentirás de haberlo hecho.
-¿Qué vas a hacerme? ¿Vas a pegarme?- dijo burlón.
-¿De verdad querés saber lo que voy a hacerte?- dije acercándome poco a poco a él.
-Esperá, acá puede ser peligroso, ¿por qué mejor no nos vamos a mi departamento?
-Mirá, cancherito, ahora más que nunca lo que siento por vos es asco- dos segundos después le propine un rodillazo en su punto más débil- Para que aprendas a tratar a una mujer. ¿Estás bien?- le pregunté a Paula.
-Sí, estoy bien, gracias.
-Ese baboso no aprenderá nunca, ¿nos vamos?
Bueno, creo que regresaré a la casa, lo que le acaba de pasar a Ezequiel le está bien empleado…
-¿Te vas ya? Todavía es temprano…
-Si, yo sé, pero después de ver esto prefiero irme antes que tener que aguantarlo toda la noche…
-Es cierto, tenés razón. En ese caso, buenas noches y maneja con cuidado.
-Descuida, eso haré. Hasta mañana.
-Hasta mañana.
Me fui hasta el auto sin sacarme de la cabeza a Ornella, aquellas canciones la había cantado con mucho sentimiento, como si las sintiera de verdad. Ornella me ama sinceramente, y sentía en mi corazón que mi deber era corresponderla, y eso estaba dispuesto a hacerlo, tenía que conquistarla como fuera, aunque algo me decía que sería una tarea bastante compleja, no creo que sea de las que se deje enamorar tan fácilmente, después de todo lo que sufrió, no creo que se confíe demasiado. Posiblemente no llegue a creer en mí, y solo pensar en eso me aterro, aunque ella tenga sus motivos para hacerlo. Sin más entretenimiento me subí al auto y manejé hasta la casa, necesitaba meditar y descansar, mañana sería un nuevo día hacia la conquista de Ornella.
Última edición por 20_higuain_09 el Jue 14 Abr 2011 - 9:12, editado 1 vez
20_higuain_09- Mensajes : 23
Fecha de inscripción : 15/03/2011
Re: ....me conformo con soñarte, Mi dulce Gonzalo Higuain (L).... te amo!!
aqui os dejo el capítulo 3
CAPÍTULO III: LA CARTA
-¿Nos vamos ya?- pregunté impaciente.
-¿Ya? Estarás de broma, ahora que se pone la cosa interesante…
-Yanel, es muy tarde y mañana tengo que trabajar, no sé si recuerdas…
-Tienes razón, ya es muy tarde, mi padre estará preocupado… Deja que me despida de mis amigos y nos vamos…
Las dos juntas fuimos en busca de los amigos de Yanel que se habían perdido entre la multitud del local. Sería muy difícil encontrarlos, pero después de unos minutos dimos con ellos.
-¿Ya os vais?- preguntó Macarena.
-Sí, es muy tarde y mi padre estará ya con el sueño desvelado…
-Bueno, ya nos veremos en otra ocasión…
-Pues claro que sí, me ha gustado mucho veros de nuevo…
-Y a nosotros también a ti y a Orne, claro…
-Igualmente, son buena gente.
-Hasta otra Yane, y llámanos pronto…
-Eso haré, hasta pronto.
Salimos del local y desde luego parecía otro mundo, lleno de silencio y de paz.
-Dios, mi cabeza va a reventar- exclamé.
-No será para tanto, es cuestión de acostumbrarse.
-Si vos lo decís… Necesito recostarme y ya.
-Tranquila, no desesperes que ya nos vamos.
-¡Mirá!
-¿Qué es eso?
-Es un celular, alguien lo perdió- dije cogiéndolo.
-¿Se adivina de quién es?
-Pues la verdad así a simple vista no, no sé de quien pueda ser.
-Mira la foto de pantalla, a lo mejor…- toqué una de las teclas y se encendió la pantalla.
-Estos dos son…
-Es el móvil de Higuaín…
-¿Y por qué tiene que ser de Gonzalo?
-¿No ves la foto?
-Sí, la veo, pero son dos personas, puede ser de Sergio Ramos también ¿no?
-Vale, vale, lo que tú digas… Mira los mensajes o la agenda…
-¿Estás loca? No haré eso, no es mío, sería abuso de intimidad.
-¿Abuso de intimidad? No digas bobadas, solo es para saber de quién es el móvil, nada más.
-Que no voy a hacerlo, lo apagaré y punto.
-Pero puedo volver a encenderlo.
-No lo creo, ¿acaso sabés el código PIN, linda?
-¡Diablos! Esta vez te has salido con la tuya, bonita. ¿Ahora cómo sabremos de quién es?
-Lo llevaremos a comisaría y que el dueño del celular lo reclame, ya está.
-¿Ya está? Muy bien, haremos eso…- dijo Yanel un tanto enojada.
-No hace falta enojarse, es lo más normal en estos casos, ¿no te parece?
-Orne, imagínate que es el móvil de Higuaín…
-¿Y?
-¡Ay! A veces me pareces cortita de mente…
-No te sigo…
-No hace falta que lo jures, si es su móvil puede ser una buena respuesta a sus notas, ¿no crees?
-Ya, claro, ¿y cómo sabrá que soy yo? ¿Le tomará las huellas al celular?
-Muy graciosa, con dejarle una nota con el móvil es suficiente.
-¿Y cómo haría para devolvérselo?
-Eso habría que estudiarlo…
-Un momento, ¿sós capaz de leer lo que está inscrito acá?
-Un segundo… creo que pone G…. H…. 20…. Sí, GH20, eso pone.
-Has acertado por esta vez, es el celular de Gonzalo.
-Bien, ¿y cómo lo sabes?
-Ahora la cortita parecés vos… G de Gonzalo, H de Higuaín y 20 es su dorsal en el Real.
-Buena observación… Entonces, ¿te animas a devolverle la señal?
-Creo que no perderé nada con intentarlo…
-¿Estás hablando en serio?
-¿Te parece que hablo en chiste?
-¡Ay! Qué bien…. Ahora idearemos algo para dejarle el móvil sin que nos vea…
-Eso es lo difícil.
-Pero no imposible.
Caminamos hasta la casa, era ya muy tarde y el señor López estaba despierto esperándonos.
-¿Dónde estabais? Estaba preocupado.
-Tranquilo papá, ya ves que estamos bien, quedé con unos amigos y nos liamos un poco, nada más.
-Podrías haberme avisado, así estaría más tranquilo.
-Lo siento, no volverá a pasar, te lo prometo.
-Me voy a dormir, estoy muerta.
-Mañana tendrás que quedarte sola en el local por la tarde.
-Está bien, no hay problema.
-¿A dónde vas papá?
-A una reunión con unos colegas, a escuchar unas propuestas para conseguir recaudar más caja en el local…
-Vaya, ¿puedo ayudar en algo?
-No hace falta Ornella, pero si necesito ayuda te la pediré.
-Gracias. Bueno, creo que si no me recuesto ahora caeré rendida al piso.
-Voy contigo, espera.
-Buenas noches, que descanséis.
-Igualmente, papá.
-No puede ser, otra vez…- exclamé nada más entrar en casa.
-Hijo, ¿qué sucede?- preguntó mi mamá que se había levantado para ir a la cocina.
-Creo que perdí mi celular…
-¿Otra vez?
-Sí, otra vez… Llamaré a Fernando para decirle si lo vio…
-No sé qué vas a hacer con esa cabecita que tenés.
-Fer, soy yo Gonzalo, ¿no habrás visto mi celular verdad?
-Pues la verdad es que no, pero si lo veo te lo guardo.
-Gracias, mañana nos vemos…
-Que cabeza la tuya Gonzalo…
Necesitaba descansar con urgencia, mañana había sesión doble de entrenamiento y quería estar bien despierto, pero Ornella en mis pensamientos no me dejaba dormir, ahora sería un buen momento para estar con ella, sentía que la necesitaba a mi lado, pero era posible que ella me ignorase o quizás lo que sentía por mí era admiración y nada más. De todas formas, fuese lo que fuese lo que sintiese por mí había conseguido que me enamorase de ella, y haría todo lo posible por lograr su amor, por tenerla a mi lado, para siempre.
-¡Gonzalo! ¡Gonzalo!- gritó mi papá entrando en mi habitación.
-¿Ya es de día?-dije despertándome.
-Sí, Gonzalo, no será noche para siempre, arriba que hoy tenés doble sesión de entreno.
-No hace falta que me lo recordés, lo sé de sobra.
Las ganas que tenía de ir a entrenar hoy eran nulas, pero algo me empujaba a empezar este día, quizás fuera la posibilidad de volverme a encontrar con Ornella otra vez, eso me alegraría el día, pero no debía distraerme demasiado o llegaría tarde, y no se imaginan como se pone el míster cuando llegamos tarde, mejor ni se lo imaginen, porque créanme que se asustarán.
-¿Lo tenés todo?
-Sí, menos mi celular, lo tengo todo.
-Bueno hijo, a la aventura.
Me despedí de mis papás y manejé hasta Valdebebas, un largo día me esperaba.
-Buenos días…-dije saludando a mis compañeros.
-Como siempre a la hora exacta- me dijo Cristiano.
-Sabés que adoro la puntualidad.
-Gonzalo, ¿encontraste tu celular?- me preguntó Fer.
-No, no sé que habré hecho con él…
-Pues lo de siempre, perderlo…- dijo Fer.
-Muy chistoso, no tiene gracia…
-No te preocupes, quizás alguien lo encontró y lo dejó en una comisaría, tranquilo.
-Ojalá sea así, Cris, Dios te oiga.
Era bien tarde, la verdad no tenía muchas ganas de levantarme después de la fiesta de ayer, pero no me quedaba de otra.
-Y la bella durmiente se despierta…
-Muy buen chiste Yanel, pero me alegro de tu buen despertar…
-Venga, anímate que hoy es el día D…
-¿Cuál día D?
-Niña, lo tuyo es crónico, ¿ya no te acuerdas de esto?- dijo mostrándome le celular de Gonzalo.
-Es cierto, ya ni me acordaba…
-¿Eso es lo que quieres a Higuain?
-No empecemos Yanel, ni siquiera sé si él me quiere a mí…
-Yo estoy segura de que sí.
Después de desayunar Yanel me explicó lo que íbamos a hacer para regresarle el celular a Gonzalo.
-¿Y cómo haremos para entrar en Valdebebas sin ser vistas?
-Tengo un amigo que trabaja allí y es de seguridad, no te preocupes, todo saldrá bien, ya lo verás.
-¿No tardaremos mucho no?
-Tranquila. Será un ir y volver. Papá, me voy con Orne a Valdebebas, ahora regresamos.
-¿Qué se os perdió en Valdebebas?
-A nosotras nada, se le perdió a otro.
-Yo no sé qué os traéis las dos, pero bueno, regresad pronto.
-Eso haremos.
-Vale, ya tenemos plan, ahora solo falta la nota…
-¡Anda! Se me había olvidado, ¿tienes algo en mente?
-Creo que sí…
-A ver, toma, papel…. y bolígrafo…
-Ya está…
-Déjame leer- dijo Yanel cogiendo el papel…- Podrás perder cualquier cosa, pero jamás perderás mi amor. Ornella. ¡Qué bonita!
-Gracias… ¿Vamos?
-Tú delante.
Después de un largo paseo llegamos a las inmediaciones de Valdebebas, aquello era realmente inmenso.
-Orlando… ¡Cuánto tiempo!
-¿Qué te trae por aquí?
-Necesito pedirte un favor muy grande.
-¿De qué se trata?
-Es por una amiga, Ornella…
-¿Es ella?
-Sí, es ella.
-¿Y qué necesita?
-Pues… devolverle algo a un futbolista.
-Ah, ¿eso? Entonces dádmelo y yo le doy lo que sea a quien sea.
-Es que… es algo más que eso… ¿puedo contárselo Orne?
-Claro, adelante.
Yanel le contó todo lo sucedido con Gonzalo y lo que Yanel había pensado para devolverle la señal a Gonzalo.
-Ya entiendo, queréis dejar el móvil sin ser vistas ¿no?
-Eso…
-Es algo que va en contra de mi trabajo, pero… por amor lo que haga falta, yo os ayudo, pero nada de esto a nadie…
-Nosotras no abriremos la boca.
Juntas fuimos con Orlando hasta el recinto donde estaban los jugadores para poder dejarle el celular a Gonzalo y regresarnos sin ser vistas.
-Ya llegamos, ahora hay que ser rápidos, aquí están las cosas de los chicos, ¿sabrás cuál es la bolsa de Gonzalo?
-Claro, es inconfundible…- allí estaba, solo tenía que acercarme a ella y dejar el celular con la nota y regresarme al café- Ya está.
-Bueno, ahora que ya está todo listo, será mejor que os vayáis antes de que nos descubran. Y mucha suerte Ornella. La verdad es que Gonzalo anda medio despistado últimamente.
-Eso es que piensa mucho en Orne, normal.
-Yanel… ¿nos vamos?
-Sí, sí, ya nos vamos. Gracias Orli.
-De nada Yanel, pero no vuelvas a pedirme un favor en años.
-Creo que después de esto me daré por satisfecha.
-Gracias Orlando, muchas gracias.
-De nada mujer. Ve feliz.
Las dos nos fuimos contentas por que el plan había salido perfecto, ahora solo esperaba conocer la reacción de Gonzalo.
-Y al fin terminamos, creo que después de esto no me levantaré en dos días- exclamé.
-Anda ya, exagerado… No ha sido para tanto- dijo Cris.
-Va a hablar, el que nunca se queja de nada- dijo Fer.
-Ni que vosotros fuerais unos santos…
-Bien, creo que me voy a ir, estoy muerto.
-Por cierto, suerte con el móvil Pipa…
-La necesitaré.
Me dirigí hacia mi bolsa y vi que había una nota que sobresalía.
-¿Nos vamos o qué?
-Sí, ahora voy, espera.
-¿Qué es eso?
-No sé, estaba acá en la bolsa.
-¿Qué pone?
-Podrás perder cualquier cosa, pero jamás perderás mi amor. Ornella.
-¿A qué viene esto? ¿Será que ella encontró tu celular?
-Puede ser…
-Desde luego tenés que ver la cara que pusiste hace un rato.
-Miraré dentro de la bolsa, igual lo dejó…- rebusqué entre mis cosas y allí estaba mi celular- Sano y salvo.
-¿Cómo supo que era tu celular?
-Posiblemente por la inscripción… Mirá…
-Que observadora… Vaya, hoy has conseguido doble felicidad, encontraste tu celular y Ornella te declara su amor, mejor no te pudo salir el día.
-Es cierto, pero… ¿cómo consiguió entrar acá?
-¿Acaso importa?
-Tenés razón, lo importante es que ahora sé que ella me ama, eso es lo que cuenta.
-¿Y qué pensás hacer ahora?
-Pues ya que ella me regresó el celular, yo le regresaré su carpeta, la echará de menos.
-Ya, ¿nada más?
-¿En qué pensás?
-No sé, ahora que ya sabés que ella te ama, podrías lanzarte de una vez por todas…
-No sé, Fer…
-Gonzalo, no podés pasarte la vida así, tenés que actuar…
-Está bien, le dejaré una carta cuando le devuelva la carpeta y ya…
-Me gusta la idea…
Ya era por la tarde, había sido un día muy largo y duro, pensé que el señor López regresaría más temprano. Al fin y al cabo no había nadie en el café. Me quedé pensando en cómo reaccionaría Gonzalo al ver la nota que le dejé. ¿Qué hará ahora que sabe que lo amo más que a nadie en el mundo? En eso estaba cuando entró por la puerta del café el señor López.
-Vaya… veo que te aburres…
-Para nada, si llega a regresar unos minutos antes podría creerme que no estaba aburrida.
-Espero que no tuvieras mucho trabajo.
-Bueno, lo justo, no me puedo quejar.
-Vengo cansado pero contento. ¿Yanel no ha regresado todavía?
-Pues no, no ha regresado, ¿Y a qué se debe la felicidad?
-Voy a iniciar una propuesta para recaudar más caja.
-¿En serio? ¿De qué se trata?
-Voy a inaugurar el primer torneo de cartas en el café.
-¿Torneo de cartas? Qué buena idea, ¿y cuál juego de cartas?
-Me han propuesto uno que ni conozco pero que es muy famoso entre los argentinos, y como en este barrio reina la población argentina pensé que sería una buena idea.
-Ya sé, ¿se refiere al Truco?
-Ese mismo, ¿lo conoces?
-Pues claro que lo conozco, en Argentina es como una religión, desde bien chiquitos nos enseñan, el que no sabe jugar al truco en Argentina es considerado un ignorante.
-Bueno, entonces dará comienzo esta noche… Haremos unas rondas eliminatorias diferenciando chicos de chicas y los ganadores de cada categoría se enfrentarán entre ellos, ¿te parece?
-Me parece una buena idea, ¿podría participar?
-Claro que sí, seguro que les ganas a todos…
En unas horas el café estaba lleno hasta la bandera, había corrido el rumor por toda la ciudad y el café estaba lleno de argentinos.
-Yanel, al fin aparecés.
-Hola Orne, ¿Qué es todo esto?
-Pues tu papá ha iniciado un torneo de cartas, para recaudar más.
-¿De verdad? Qué buena idea, ya veo que hoy recaudaremos mucho.
-Y yo participo.
-Y creo que Higuain también participa.
-No podés hablar en serio, ¿está acá?
-¿No lo ves? Allí, con Gago y con Garay.
-Tenía que venir el baboso de Garay.
-No te martirices, mujer.
-Bueno, ¿cómo harás para regresarle la carpeta?
-Dejame a mí, ¿te parece?
-Está bien, andá.
Me dirigí a la barra donde estaba el dueño del local, el padre de Yanel.
-Hola Gonzalo, ¿qué tal todo?
-Bien gracias. Quería pedirle un favor.
-Claro, lo que quieras.
-Necesito que le regrese esto a Ornella, es urgente.
-No te preocupes, yo se la doy.
-Gracias.
-Por cierto, veo que estás inscrito en el torneo.
-Sí, me parece divertido.
-Lo será… ¿sabes? Ornella también participa.
-¿De verdad? Pues a ver si nos enfrentamos…
-Sería un duelo muy interesante, sin duda.
-Seguro que sí. Gracias otra vez.
Después de unas largas e intensas partidas de truco, habíamos llegado al final, era la hora de que se enfrentaran los ganadores de ambas categorías. Adivinen cuál es el duelo… Sí, yo contra Gonzalo, ¿qué iba a hacer? Desde luego a mí no me gustaba perder a nada, pero si Gonzalo me ganara no me importaría. Empezó la partida…
-Al fin cara a cara…- me dijo Gonzalo.
-¿Preparado para perder?- le dije desafiante. Ni yo misma me conocía, jamás pensé que pudiera ser tan directa con él.
-Para eso nunca estoy preparado, porque siempre gano- me dijo giñando un ojo.
-Eso lo veremos.
En mitad de la partida, cuando él repartía, junto con una carta me llegó una nota… Te ves muy linda… Aquello me había desconcentrado y había perdido el punto definitivo… Era mi primera derrota al truco, pero había sido la derrota más linda del universo.
-Creo que sigo invicto…
-Tuviste suerte, veo que sabés mentir muy bien, espero que solo sea en el truco.
-Eso tendrás que descubrirlo…
Nos dimos la mano deportivamente y nos despedimos.
-Orne, ¿qué te pasó al final? Ibas genial…
-Mirá lo que me pasó…- le mostré la nota que me pasó en la última mano.
-Ahora lo entiendo, que buena táctica para desconcentrar, ¿verdad?
-Pues sí…
-Desde luego eso de que tendrás que descubrirlo ha sido muy sugerente, ¿no crees?
-Sí, sí que lo fue…
-Bueno Ornella ha sido una pena que perdieras, pero tengo algo para ti…- dijo dándome la carpeta.
-Al fin aparece…
-Me la dio Gonzalo, dijo que era urgente que te la entregara.
-Y tan urgente…
-Vamos a la habitación Orne, quizá te haya dejado algo dentro.
Subimos a la habitación y empecé a revisar si todo estaba en su sitio. Solo de pensar que todo esto había pasado por las manos de Gonzalo me ponía hasta nerviosa. Pero había algo que no era mío, ¿qué sería?
-¿Qué es eso?
-Una carta, es de Gonzalo.
-A ver eso… ¿qué pone?
-¿Me dejás terminar?
-Claro, pero no hace falta que me la cuentes toda, solo un resumen…
-No me lo puedo creer… Gonzalo me ha citado mañana por la tarde en el parque del Retiro.
-¡Ay Dios mío! ¿De verdad?
Unos nervios empezaron a recorrer mi cuerpo de arriba abajo, una cita con Gonzalo… ni en el mejor de mis sueños…
-¿Creés que Ornella habrá leído ya tu carta?
-La verdad es que no lo sé, igual ni abrió la carpeta aún…
-Gonzalo nunca te había visto así, estás muy diferente…
-¿De verdad Fer?
-Pues sí, pero yo sé que esa mina es ideal para vos…
-Así lo creo yo también, es perfecta…
-Gonzalo, Gonzalo, no hay nadie perfecto en el mundo…
-Lo sé, pero para mí sí que lo es.
-Bueno Gonzalo, me voy ya que se hace tarde y mañana hay que madrugar… no vaya a ser que nos quedemos dormidos y el míster nos castigue…
-Ni me lo recordés… pero ¿sabés una cosa? Mañana el míster ya puede castigarme lo que quiera que no conseguirá arruinar mi felicidad…
-Que suerte tienen algunos…
-Yo no tengo la culpa de que tengás una novia que apenas ves en todo el año…
-Me voy antes de que me enoje con vos…
-Ay, Fer, no tenés remedio… Hasta mañana.
-Descansa tranquilo…
-Eso haré…
O eso iba a intentar, ni siquiera yo sabía si estaba bien lo que había hecho con eso de la carta, pero de otra forma no iba a ser capaz de hacerlo, era mi único recurso… Mañana iba a ser un día realmente especial, mi primer día con Orne a solas. Probablemente mañana pueda conocer más sobre ella y admirar durante más tiempo su belleza, es realmente hermosa. Aunque no quisiera los nervios me mataban por dentro… ¿Qué iba a decirle? ¿Cómo iba a actuar? O lo peor de todo… ¿Y si no aparece?
Hoy iba a ser el día más importante de mi vida… El chico de mis sueños me ama, sí, como lo leen, me ama más que a nadie en este mundo, esto es lo que había soñado durante tanto tiempo. Hoy me ha citado en el Parque del Retiro, lindo lugar para una cita romántica, todas esas palabras que me había escrito en esa maravillosa carta esperaba escucharlas hoy de sus propios labios… pero, ¿cómo voy a presentarme? Ni siquiera sé como iniciar una conversación con él, estoy realmente nerviosa, no sé qué hacer… Y Yanel lo había notado.
-Orne ¿estás bien?
-No… sí… no lo sé…
-Ya lo entiendo… estás nerviosa, y es normal…
-¿De verdad?
-Pues claro que es normal… a mí me pasó lo mismo en mi primera cita…
-¿Me decís que ya tuviste novio?
-Sí, pero duró muy poco, desde que lo dejamos no volví a saber de él… ¿Sabes qué? El chico era argentino como Higuaín.
-¿En serio?
-Sí… Era un cielo…
-¿Y por qué lo dejaron?
-Porque él se marchó de regreso a Argentina con su familia y nunca volví a saber de él, ni una llamada ni un mensaje… nada- dijo Yanel a punto de llorar.
-Tranquila… No llorés… Verás como encuentras a otro pronto, sós muy linda…
-Es que en el fondo siento que aún lo quiero, y me muero…
-Sé lo que es… Pero no te preocupes… Tenés que tener fe… Si él aún te ama hará hasta lo imposible por volver a verte…
-¿Tú crees?
-Pues claro que lo creo, es más, estoy segura de que ese chico estará removiendo cielo y tierra encontrando la manera de regresar por vos.
-¿Cómo sabes eso? ¿Acaso conoces a Gustavo?
-Esperá… ¿Gustavo?
-Sí… ¿Por qué?
-¿Sabés de qué parte de Argentina venía?
-Un momento, déjame que piense… Es del barrio de Palermo en Buenos Aires… Espera… ¿de ahí no eres tú?
-Del mismo barrio de Palermo…
-Entonces… ¿Conoces a Gustavo?
-Probablemente sí… si me mostrás una foto seguro que lo conozco…
-Claro… creo que algún tengo alguna foto suya…- se puso a rebuscar en los cajones- mira… este es…
-¿De verdad es tu amigo?
-Sí.
-Me harías muy feliz si consiguieras hablar con él y decirle que lo echo mucho de menos.
-Claro que lo haré, me va a oír, no me dijo nada de esto…
-No te enfades… Además hoy tienes que estar espectacular para Higuain.
-Por un momento había conseguido olvidarme de eso.
-Se te ve feliz, y eso me gusta… Por cierto le he dicho a mi padre que te deje todo el día libre.
-¿Y eso por qué?
-Porque tú y yo vamos a organizar todo para que salga perfecto.
-¿Qué querés organizar?
-Pues por ejemplo que vas a llevar puesto.
-Ah no… Ni al caso, no pienso ponerme nada especial… es un encuentro informal.
-Orne no me lo discutas, tranquila que no pienso ponerte de gala, algo informal como tú dices pero tampoco irás así.
-Confío en vos- no me quedaba más remedio.
-¿Nervioso?- me preguntó Fer nada más verme llegar a Valdebebas.
-Pues no voy a mentirte… Mirá si no estoy nervioso que no he conseguido conciliar el sueño.
-¿Piensas ir así con esas ojeras? A ver si se va a espantar…
-Cris, ¿se puede saber quién te contó?
-¿Todavía lo preguntas?- dijo mirando a Fer, que se encogió de hombros.
-Fer… ¿Ahora tampoco puedo confiar en vos?
-Cris es de confianza, sabés que no se lo dirá a nadie, ¿verdad?
-Pues claro que no… de mi boca no saldrá nada, te lo prometo.
-Eso espero.
-Pero estate tranquilo, verás como todo sale bien.
-Venga muchachos, no se entretengan que tenemos muy cerca el próximo encuentro de liga.
-Y llega el ogro… Se acabó la tranquilidad…
-Tranquilo Cris, no seás exagerado.
-Eso lo dices porque hoy te verás con tu adorada Onella, pero yo ¿qué?
Lo miré con gesto divertido, pobre Cris… No tenía planes para esta tarde… Sin embargo yo seguía de lo más nervioso, gesto que intenté disimular durante toda la sesión de entreno, no quería que nadie empezara con los chismes, se volvían realmente insoportables. Pero mi cabeza solo pensaba en Ornella y en la maravillosa tarde que me esperaba con ella.
Cada vez faltaba menos para la tan ansiada cita con Gonzalo, no podía contener ni un segundo más los nervios que me mataban por dentro, así que antes de que me diera un ataque de ansiedad decidí salir del local y dirigirme al parque, quizás era demasiado temprano, pero no aguantaba ni un segundo más sin hacer nada. Llegué al parque, eran las 17.00 de la tarde… Mi cita con Gonzalo estaba prevista para las 17.30, por lo que me senté sobre el césped del parque mientras esperaba a que llegase, el día estaba realmente lindo para ser enero, y todo estaba muy tranquilo, nadie pasaba por allí.
Nunca había estado tan nervioso en toda mi vida, era la primera vez que me había citado con una chica, no sabía cómo debía actuar, supongo que la mejor forma de triunfar en tu primera cita es siendo vos mismo, pero tenía miedo de mostrarme torpe con todos los nervios que llevaba dentro. Pero tenía que estar tranquilo, todo iba a salir bien, seguro, estaba convencido, todo iba a ser perfecto, al menos eso pensaba.
-Gonzalo, ¿a dónde vas tan guapo?
-Eh……
-Esperá, ¿vas a ver a esa chica del café?
-Sí, papá, hoy la cité para vernos…
-Por Dios, hijo, estás bien tenso, tranquilo, triunfarás seguro.
-No es fácil estar tranquilo, creeme que quisiera estarlo, pero no puedo.
-Es totalmente normal, a mí me sucedió lo mismo con tu mamá, y no pasó nada.
-Gracias papá, como siempre ayudándome en los peores momentos.
-Soy tu papá, al fin y al cabo ese es mi deber. Por cierto, ¿cómo se llama?
-Ornella.
-Tiene un nombre bien lindo, seguro que es preciosa.
-Lo es papá, lo es.
-Por tu cara de felicidad puedo adivinarlo. ¿A qué hora la citaste? No vaya a ser que llegués tarde.
-Tranquilo, todavía queda media hora, pero bueno, iré haciendo camino, acá en casa me muero.
-Hacés bien, lo importante siempre es llegar a la hora, es mejor que esperés vos a que espere ella.
-Espero que llegue.
-Llegará, ya lo verás. Aunque esos minutos de espera se te harán eternos y te saldrán ganas de salir por ella.
-No sigás que me pongo peor, mejor dejá que me marche.
-Ve tranquilo.
¿Ustedes creen que voy bien para la ocasión? ¿Triunfaré con esto?
Salí nervioso pero decidido, hoy sería el gran día.
Son las 17.29, y allá estaba yo aún nerviosa esperando a que llegase Gonzalo, faltaban 40 segundos para que fueran las 17.30… ¿Será puntual?
Miré mi reloj nada más llegar al parque, eran las 17.30 en punto… me fui caminando a ver si la encontraba por alguna parte. Después de caminar por un rato la divisé cerca del lago, estaba sentada… ¡Vaya! ¿Llevaría allá mucho tiempo? No debería preocuparme, estaba en hora. Ahora era el momento de la verdad, con paso firme me acerqué a ella…
-¿Me estabas esperando?- dije quedándome justo detrás de ella de pie. Tardó unos segundos en reaccionar… -¿Puedo sentarme?
-Claro, adelante- respondí invitándolo a que se sentara a mi lado. Se le notaba que estaba tan nervioso como yo.
-Está una tarde bien linda ¿verdad?
-Sí…-dije intentando desviar la mirada, no me sentía capaz de mirarle a los ojos.
-Ni siquiera sé cómo empezar… Te ves hermosa…
-Vos también- dije girándome hacia él- Me siento demasiado informal a tu lado.
-No es para tanto, para mí estás linda con cualquier cosa- eso se me había clavado en el corazón.
-No digas eso…
-Es la verdad… ¿Qué te apetece hacer?
-Pues no sé… es la primera vez que me veo en una de estas… además ni siquiera conozco la ciudad…
-Vaya, pensé que era el único novato acá…
-Esperá, ¿querés decir que nunca te habías citado con una chica?- no podía creérmelo.
-Nunca… sós la primera y espero que la última chica a la que tenga que citar- se quedó callada sin decir nada, mirándome, esos ojos eran demasiado lindos para ser reales- ¿Te parece un paseo en barca?
-¿Un paseo en barca? Suena bien…- aparte de sonar bien sonaba bien romántico- Como en una película…
-Sólo que esto es la realidad, y será mucho mejor que la ficción, te lo aseguro.
Nos subimos a una de las barcas que había en el lago, Gonzalo se aseguró de que nada ni nadie nos pudiese molestar durante nuestro paseo.
-¿Te gusta?
-Sí, se ve todo muy lindo- dije contemplando el paisaje que nos rodeaba, era realmente perfecto.
-Pero no tanto como vos…
En ese momento me sentía la mujer más feliz del mundo, Gonzalo me tomó de las manos…
-Sós lo que he soñado durante tanto tiempo, siento que debo amarte incluso hasta más allá de la muerte, te necesito…
No puede ser… Todas esas palabras que leí en la carta… Esas hermosas palabras me las acababa de decir mirándome sinceramente a los ojos.
-Ornella yo…- no sabía cómo decírselo.
-Gonzalo…- dije poniendo mi mano sobre sus labios antes de que dijese nada…- Gonzalo, yo te amo más que a nada en este mundo, no imaginás cuanto esperé este momento.
-Yo también te amo, y también había esperado este momento, el momento de confesarle mi amor a la mujer más hermosa del mundo.
Gonzalo se iba acercando cada vez más a mí, nuestros corazones latían al mismo ritmo, nuestras respiraciones se mezclaron en una sola… Sin dejar de tomar mis manos, en unos segundos que parecieron eternos… Gonzalo me había besado… Había sido mágico. Le acaricié la cara mientras nuestros labios se iban separando poco a poco.
-Te amo…- en ese momento no se me ocurría otra cosa que decirle, además ¿qué importaban las palabras en ese momento?
-Y yo a vos…
-¿Y por qué nos susurramos?- pregunté chistoso.
-Una muy buena pregunta…- los dos nos echamos a reír, teníamos que romper el hielo.
Regresamos hasta el parque y nos sentamos en la orilla del lago frente a un árbol. Me apoyé sobre él y dejé que Ornella se pusiera frente a mí de espaldas apoyada en mi pecho mientras yo la abrazaba y le decía lo mucho que la amaba.
Esos besos en el cuello me estaban haciendo morir de amor, estaba al fin en sus brazos, me sentía suya, sentía sus brazos rodeando mi cuerpo y sus labios rozando mi piel, era una sensación indescriptible.
-Debo confesarte algo…- le dije muy cerca de su oído.
-¿El qué?- pregunté un tanto sorprendida girándome hacia él.
-Me asusté cuando me retaste al truco en el café.
-No sería para tanto, si me ganaste, con trampas, pero me ganaste.
-¿Me estás llamando tramposo?- esa carita de travieso no podía resistirla.
-Más o menos…- dije rodeándolo por el cuello.
-Esta me la debés…
-¿Y qué vas a hacerme?
-¿Querés probar mi castigo?
-No tengo miedo de tus castigos…- dije cerca de sus labios.
-¿No?- negó con la cabeza riéndose- Pues verás lo que es bueno.
Se echó sobre mí y empezó a hacerme cosquillas por todas partes…
-Pará…- empecé a gritar- Gonzalo, nos van a ver…
-Ni que estuviéramos cometiendo un crimen, ¿Qué puede pasar?
-Gonzalo, ¿no es suficiente?
-¿Te parece si nos vamos a mi casa?
-¿A tu casa? No Gonzalo… no quiero molestar…
-Vos no molestás… Es más, no acepto un no por respuesta, no te queda de otra. Además no hay nadie en la casa si es lo que te preocupa.
-¿No me queda de otra verdad?
-No… No tenés escapatoria…
Nos fuimos caminando hasta su casa agarrados de la mano, jamás me había imaginado que eso pudiese pasar, era realmente hermoso.
-Llegamos, acá es… ¿Te gusta?
-Me fascina, es muy linda la casa.
-Más linda sós vos… y no me cansaré de decirlo, lo publicaría en los diarios si fuese necesario…
-No seás exagerado…
-¿Acaso vos no lo harías?
-Haría mucho más que eso… lo gritaría al mundo, lo gritaría a los cuatro vientos y lo predicaría por los 7 mares…
-Eso sí que es insuperable…
Nos besamos de nuevo y entramos en la casa.
-Vení, me encantaría mostrarte la casa pero ahora quiero que vayamos a un sitio más privado, si te parece, para mostrarte la casa se ofrecerá mi mamá con mucho gusto.
-Muy bueno el chiste… Vayamos entonces…
Llegamos a una habitación muy espaciosa, Gonzalo graduó la luz y nos sentamos en el suelo igual que en el parque…
-¿Sabés una cosa?- se giró hacia mí- Si nuestro amor se pudiese medir no habría metro que pudiese medirlo…
-Si nuestro amor se pudiese pesar no alcanzarían todas las balanzas del mundo…
-Si nuestro amor fuese agua no alcanzaría el planeta…
-Si nuestro amor fuese aire no alcanzaría el universo…
-Si nuestro amor fuese un camino no alcanzaría una vida para recorrerlo, y yo quiero recorrerlo con vos hasta el final…
-Es lo más lindo que me dijeron nunca… te amo- nos besamos de nuevo durante unos minutos mientras nos íbamos cayendo al piso, hasta quedar Gonzalo sobre mí mirándome fijamente…
-¿Creés que sea el momento?
-Cualquier momento es perfecto si estás vos…
Aquella noche fue mucho más que perfecta. Ambos nos fuimos desprendiendo de la ropa que llevábamos, cada segundo parecía una eternidad, una eternidad maravillosa. Sus labios recorrían todo mi cuerpo sin descanso. Sentía una felicidad enorme, le pertenecía, era parte de su ser.
Sin contemplaciones empezamos a besarnos apasionadamente, aunque sentía miedo de que no se sintiese cómoda, quizás no era el momento adecuado…
-¿De verdad querés hacerlo?- me puso su dedo índice sobre los labios y continuamos besándonos, era una señal de que estaba segura de querer hacerlo, quería entregarse a mí en cuerpo y alma, lo podía sentir, en cada beso, en cada caricia, en su respiración, en su mirada… Todo era perfecto.
Había amanecido después de una noche maravillosa con el hombre más perfecto del mundo, la luz entraba en la estancia e iluminaba nuestros cuerpos desnudos sobre el piso, había sido mágico.
Todavía estaba dormida, se veía realmente linda dormida y con el sol iluminando su cuerpo, un cuerpo perfecto, era una auténtica diosa. Cuando la estaba admirando, entró mi papá que me andaba buscando…
-Lo siento hijo, ¿interrumpo algo?
-Nada, tranquilo, no interrumpís nada…
-¿Esa es Ornella?
-¿Quién iba a ser entonces?
-Es bien linda…- dijo alzando un poco la cabeza.
-¿Qué pasó?- preguntó mi mamá que llegaba de la cocina.
-Al fin el nene se tiró a la pileta…
-Ya nos contarás ¿eh? Ahora les dejamos que disfruten del amanecer juntos.
Mis papás cerraron la puerta con cuidado y nos dejaron solos. Mientras dormía le acariciaba la espalda. Ornella se acababa de despertar…
-Buenos días princesa…
-Buenos días…- dijo feliz.
-No sabés lo feliz que soy…
-Yo también lo soy- dijo acariciándome la cara y besándome.
-¿Te parece si desayunamos?
-Dale… Me muero de hambre…
Me tendió la mano para alzarme. Me agarró de la cintura con las dos manos y me miró con ojitos dulces…
-¿Te he dicho que sos la nena más linda del mundo?
-Mmmmm… creo que ya me lo dijiste unas ¿300 veces?- sujetándolo del cuello.
-Es que no me cansaría de repetírtelo una y otra vez…- me dijo rozando mi nariz con la suya, luego me besó…
-¿Nos vamos a desayunar?
-¿Pero no querrás ir así? Esperá, que te dejo algo…- se acercó al plackard y me alcanzó una de sus innumerables camisas… todas relindas… como él- Toma, así mejor… no quiero que te me enfermes… aunque sería una buena excusa para ir a cuidarte y consentirte.
-Me encantás cuando te ponés así de meloso…
-¿De verdad?- asentí.
-Vamos…
Nos fuimos hasta la cocina donde estaban sus papás desayunando… cuando entramos se nos quedaron mirando… me sentí extraña pero…
CAPÍTULO III: LA CARTA
-¿Nos vamos ya?- pregunté impaciente.
-¿Ya? Estarás de broma, ahora que se pone la cosa interesante…
-Yanel, es muy tarde y mañana tengo que trabajar, no sé si recuerdas…
-Tienes razón, ya es muy tarde, mi padre estará preocupado… Deja que me despida de mis amigos y nos vamos…
Las dos juntas fuimos en busca de los amigos de Yanel que se habían perdido entre la multitud del local. Sería muy difícil encontrarlos, pero después de unos minutos dimos con ellos.
-¿Ya os vais?- preguntó Macarena.
-Sí, es muy tarde y mi padre estará ya con el sueño desvelado…
-Bueno, ya nos veremos en otra ocasión…
-Pues claro que sí, me ha gustado mucho veros de nuevo…
-Y a nosotros también a ti y a Orne, claro…
-Igualmente, son buena gente.
-Hasta otra Yane, y llámanos pronto…
-Eso haré, hasta pronto.
Salimos del local y desde luego parecía otro mundo, lleno de silencio y de paz.
-Dios, mi cabeza va a reventar- exclamé.
-No será para tanto, es cuestión de acostumbrarse.
-Si vos lo decís… Necesito recostarme y ya.
-Tranquila, no desesperes que ya nos vamos.
-¡Mirá!
-¿Qué es eso?
-Es un celular, alguien lo perdió- dije cogiéndolo.
-¿Se adivina de quién es?
-Pues la verdad así a simple vista no, no sé de quien pueda ser.
-Mira la foto de pantalla, a lo mejor…- toqué una de las teclas y se encendió la pantalla.
- Spoiler:
-Estos dos son…
-Es el móvil de Higuaín…
-¿Y por qué tiene que ser de Gonzalo?
-¿No ves la foto?
-Sí, la veo, pero son dos personas, puede ser de Sergio Ramos también ¿no?
-Vale, vale, lo que tú digas… Mira los mensajes o la agenda…
-¿Estás loca? No haré eso, no es mío, sería abuso de intimidad.
-¿Abuso de intimidad? No digas bobadas, solo es para saber de quién es el móvil, nada más.
-Que no voy a hacerlo, lo apagaré y punto.
-Pero puedo volver a encenderlo.
-No lo creo, ¿acaso sabés el código PIN, linda?
-¡Diablos! Esta vez te has salido con la tuya, bonita. ¿Ahora cómo sabremos de quién es?
-Lo llevaremos a comisaría y que el dueño del celular lo reclame, ya está.
-¿Ya está? Muy bien, haremos eso…- dijo Yanel un tanto enojada.
-No hace falta enojarse, es lo más normal en estos casos, ¿no te parece?
-Orne, imagínate que es el móvil de Higuaín…
-¿Y?
-¡Ay! A veces me pareces cortita de mente…
-No te sigo…
-No hace falta que lo jures, si es su móvil puede ser una buena respuesta a sus notas, ¿no crees?
-Ya, claro, ¿y cómo sabrá que soy yo? ¿Le tomará las huellas al celular?
-Muy graciosa, con dejarle una nota con el móvil es suficiente.
-¿Y cómo haría para devolvérselo?
-Eso habría que estudiarlo…
-Un momento, ¿sós capaz de leer lo que está inscrito acá?
-Un segundo… creo que pone G…. H…. 20…. Sí, GH20, eso pone.
-Has acertado por esta vez, es el celular de Gonzalo.
-Bien, ¿y cómo lo sabes?
-Ahora la cortita parecés vos… G de Gonzalo, H de Higuaín y 20 es su dorsal en el Real.
-Buena observación… Entonces, ¿te animas a devolverle la señal?
-Creo que no perderé nada con intentarlo…
-¿Estás hablando en serio?
-¿Te parece que hablo en chiste?
-¡Ay! Qué bien…. Ahora idearemos algo para dejarle el móvil sin que nos vea…
-Eso es lo difícil.
-Pero no imposible.
Caminamos hasta la casa, era ya muy tarde y el señor López estaba despierto esperándonos.
-¿Dónde estabais? Estaba preocupado.
-Tranquilo papá, ya ves que estamos bien, quedé con unos amigos y nos liamos un poco, nada más.
-Podrías haberme avisado, así estaría más tranquilo.
-Lo siento, no volverá a pasar, te lo prometo.
-Me voy a dormir, estoy muerta.
-Mañana tendrás que quedarte sola en el local por la tarde.
-Está bien, no hay problema.
-¿A dónde vas papá?
-A una reunión con unos colegas, a escuchar unas propuestas para conseguir recaudar más caja en el local…
-Vaya, ¿puedo ayudar en algo?
-No hace falta Ornella, pero si necesito ayuda te la pediré.
-Gracias. Bueno, creo que si no me recuesto ahora caeré rendida al piso.
-Voy contigo, espera.
-Buenas noches, que descanséis.
-Igualmente, papá.
-No puede ser, otra vez…- exclamé nada más entrar en casa.
-Hijo, ¿qué sucede?- preguntó mi mamá que se había levantado para ir a la cocina.
-Creo que perdí mi celular…
-¿Otra vez?
-Sí, otra vez… Llamaré a Fernando para decirle si lo vio…
-No sé qué vas a hacer con esa cabecita que tenés.
-Fer, soy yo Gonzalo, ¿no habrás visto mi celular verdad?
-Pues la verdad es que no, pero si lo veo te lo guardo.
-Gracias, mañana nos vemos…
-Que cabeza la tuya Gonzalo…
Necesitaba descansar con urgencia, mañana había sesión doble de entrenamiento y quería estar bien despierto, pero Ornella en mis pensamientos no me dejaba dormir, ahora sería un buen momento para estar con ella, sentía que la necesitaba a mi lado, pero era posible que ella me ignorase o quizás lo que sentía por mí era admiración y nada más. De todas formas, fuese lo que fuese lo que sintiese por mí había conseguido que me enamorase de ella, y haría todo lo posible por lograr su amor, por tenerla a mi lado, para siempre.
-¡Gonzalo! ¡Gonzalo!- gritó mi papá entrando en mi habitación.
-¿Ya es de día?-dije despertándome.
-Sí, Gonzalo, no será noche para siempre, arriba que hoy tenés doble sesión de entreno.
-No hace falta que me lo recordés, lo sé de sobra.
Las ganas que tenía de ir a entrenar hoy eran nulas, pero algo me empujaba a empezar este día, quizás fuera la posibilidad de volverme a encontrar con Ornella otra vez, eso me alegraría el día, pero no debía distraerme demasiado o llegaría tarde, y no se imaginan como se pone el míster cuando llegamos tarde, mejor ni se lo imaginen, porque créanme que se asustarán.
-¿Lo tenés todo?
-Sí, menos mi celular, lo tengo todo.
-Bueno hijo, a la aventura.
Me despedí de mis papás y manejé hasta Valdebebas, un largo día me esperaba.
-Buenos días…-dije saludando a mis compañeros.
-Como siempre a la hora exacta- me dijo Cristiano.
-Sabés que adoro la puntualidad.
-Gonzalo, ¿encontraste tu celular?- me preguntó Fer.
-No, no sé que habré hecho con él…
-Pues lo de siempre, perderlo…- dijo Fer.
-Muy chistoso, no tiene gracia…
-No te preocupes, quizás alguien lo encontró y lo dejó en una comisaría, tranquilo.
-Ojalá sea así, Cris, Dios te oiga.
Era bien tarde, la verdad no tenía muchas ganas de levantarme después de la fiesta de ayer, pero no me quedaba de otra.
-Y la bella durmiente se despierta…
-Muy buen chiste Yanel, pero me alegro de tu buen despertar…
-Venga, anímate que hoy es el día D…
-¿Cuál día D?
-Niña, lo tuyo es crónico, ¿ya no te acuerdas de esto?- dijo mostrándome le celular de Gonzalo.
-Es cierto, ya ni me acordaba…
-¿Eso es lo que quieres a Higuain?
-No empecemos Yanel, ni siquiera sé si él me quiere a mí…
-Yo estoy segura de que sí.
Después de desayunar Yanel me explicó lo que íbamos a hacer para regresarle el celular a Gonzalo.
-¿Y cómo haremos para entrar en Valdebebas sin ser vistas?
-Tengo un amigo que trabaja allí y es de seguridad, no te preocupes, todo saldrá bien, ya lo verás.
-¿No tardaremos mucho no?
-Tranquila. Será un ir y volver. Papá, me voy con Orne a Valdebebas, ahora regresamos.
-¿Qué se os perdió en Valdebebas?
-A nosotras nada, se le perdió a otro.
-Yo no sé qué os traéis las dos, pero bueno, regresad pronto.
-Eso haremos.
-Vale, ya tenemos plan, ahora solo falta la nota…
-¡Anda! Se me había olvidado, ¿tienes algo en mente?
-Creo que sí…
-A ver, toma, papel…. y bolígrafo…
-Ya está…
-Déjame leer- dijo Yanel cogiendo el papel…- Podrás perder cualquier cosa, pero jamás perderás mi amor. Ornella. ¡Qué bonita!
-Gracias… ¿Vamos?
-Tú delante.
Después de un largo paseo llegamos a las inmediaciones de Valdebebas, aquello era realmente inmenso.
- Spoiler:
-Orlando… ¡Cuánto tiempo!
-¿Qué te trae por aquí?
-Necesito pedirte un favor muy grande.
-¿De qué se trata?
-Es por una amiga, Ornella…
-¿Es ella?
-Sí, es ella.
-¿Y qué necesita?
-Pues… devolverle algo a un futbolista.
-Ah, ¿eso? Entonces dádmelo y yo le doy lo que sea a quien sea.
-Es que… es algo más que eso… ¿puedo contárselo Orne?
-Claro, adelante.
Yanel le contó todo lo sucedido con Gonzalo y lo que Yanel había pensado para devolverle la señal a Gonzalo.
-Ya entiendo, queréis dejar el móvil sin ser vistas ¿no?
-Eso…
-Es algo que va en contra de mi trabajo, pero… por amor lo que haga falta, yo os ayudo, pero nada de esto a nadie…
-Nosotras no abriremos la boca.
Juntas fuimos con Orlando hasta el recinto donde estaban los jugadores para poder dejarle el celular a Gonzalo y regresarnos sin ser vistas.
-Ya llegamos, ahora hay que ser rápidos, aquí están las cosas de los chicos, ¿sabrás cuál es la bolsa de Gonzalo?
-Claro, es inconfundible…- allí estaba, solo tenía que acercarme a ella y dejar el celular con la nota y regresarme al café- Ya está.
-Bueno, ahora que ya está todo listo, será mejor que os vayáis antes de que nos descubran. Y mucha suerte Ornella. La verdad es que Gonzalo anda medio despistado últimamente.
-Eso es que piensa mucho en Orne, normal.
-Yanel… ¿nos vamos?
-Sí, sí, ya nos vamos. Gracias Orli.
-De nada Yanel, pero no vuelvas a pedirme un favor en años.
-Creo que después de esto me daré por satisfecha.
-Gracias Orlando, muchas gracias.
-De nada mujer. Ve feliz.
Las dos nos fuimos contentas por que el plan había salido perfecto, ahora solo esperaba conocer la reacción de Gonzalo.
-Y al fin terminamos, creo que después de esto no me levantaré en dos días- exclamé.
-Anda ya, exagerado… No ha sido para tanto- dijo Cris.
-Va a hablar, el que nunca se queja de nada- dijo Fer.
-Ni que vosotros fuerais unos santos…
-Bien, creo que me voy a ir, estoy muerto.
-Por cierto, suerte con el móvil Pipa…
-La necesitaré.
Me dirigí hacia mi bolsa y vi que había una nota que sobresalía.
-¿Nos vamos o qué?
-Sí, ahora voy, espera.
-¿Qué es eso?
-No sé, estaba acá en la bolsa.
-¿Qué pone?
-Podrás perder cualquier cosa, pero jamás perderás mi amor. Ornella.
-¿A qué viene esto? ¿Será que ella encontró tu celular?
-Puede ser…
-Desde luego tenés que ver la cara que pusiste hace un rato.
-Miraré dentro de la bolsa, igual lo dejó…- rebusqué entre mis cosas y allí estaba mi celular- Sano y salvo.
-¿Cómo supo que era tu celular?
-Posiblemente por la inscripción… Mirá…
-Que observadora… Vaya, hoy has conseguido doble felicidad, encontraste tu celular y Ornella te declara su amor, mejor no te pudo salir el día.
-Es cierto, pero… ¿cómo consiguió entrar acá?
-¿Acaso importa?
-Tenés razón, lo importante es que ahora sé que ella me ama, eso es lo que cuenta.
-¿Y qué pensás hacer ahora?
-Pues ya que ella me regresó el celular, yo le regresaré su carpeta, la echará de menos.
-Ya, ¿nada más?
-¿En qué pensás?
-No sé, ahora que ya sabés que ella te ama, podrías lanzarte de una vez por todas…
-No sé, Fer…
-Gonzalo, no podés pasarte la vida así, tenés que actuar…
-Está bien, le dejaré una carta cuando le devuelva la carpeta y ya…
-Me gusta la idea…
Ya era por la tarde, había sido un día muy largo y duro, pensé que el señor López regresaría más temprano. Al fin y al cabo no había nadie en el café. Me quedé pensando en cómo reaccionaría Gonzalo al ver la nota que le dejé. ¿Qué hará ahora que sabe que lo amo más que a nadie en el mundo? En eso estaba cuando entró por la puerta del café el señor López.
-Vaya… veo que te aburres…
-Para nada, si llega a regresar unos minutos antes podría creerme que no estaba aburrida.
-Espero que no tuvieras mucho trabajo.
-Bueno, lo justo, no me puedo quejar.
-Vengo cansado pero contento. ¿Yanel no ha regresado todavía?
-Pues no, no ha regresado, ¿Y a qué se debe la felicidad?
-Voy a iniciar una propuesta para recaudar más caja.
-¿En serio? ¿De qué se trata?
-Voy a inaugurar el primer torneo de cartas en el café.
-¿Torneo de cartas? Qué buena idea, ¿y cuál juego de cartas?
-Me han propuesto uno que ni conozco pero que es muy famoso entre los argentinos, y como en este barrio reina la población argentina pensé que sería una buena idea.
-Ya sé, ¿se refiere al Truco?
-Ese mismo, ¿lo conoces?
-Pues claro que lo conozco, en Argentina es como una religión, desde bien chiquitos nos enseñan, el que no sabe jugar al truco en Argentina es considerado un ignorante.
-Bueno, entonces dará comienzo esta noche… Haremos unas rondas eliminatorias diferenciando chicos de chicas y los ganadores de cada categoría se enfrentarán entre ellos, ¿te parece?
-Me parece una buena idea, ¿podría participar?
-Claro que sí, seguro que les ganas a todos…
En unas horas el café estaba lleno hasta la bandera, había corrido el rumor por toda la ciudad y el café estaba lleno de argentinos.
-Yanel, al fin aparecés.
-Hola Orne, ¿Qué es todo esto?
-Pues tu papá ha iniciado un torneo de cartas, para recaudar más.
-¿De verdad? Qué buena idea, ya veo que hoy recaudaremos mucho.
-Y yo participo.
-Y creo que Higuain también participa.
-No podés hablar en serio, ¿está acá?
-¿No lo ves? Allí, con Gago y con Garay.
-Tenía que venir el baboso de Garay.
-No te martirices, mujer.
-Bueno, ¿cómo harás para regresarle la carpeta?
-Dejame a mí, ¿te parece?
-Está bien, andá.
Me dirigí a la barra donde estaba el dueño del local, el padre de Yanel.
-Hola Gonzalo, ¿qué tal todo?
-Bien gracias. Quería pedirle un favor.
-Claro, lo que quieras.
-Necesito que le regrese esto a Ornella, es urgente.
-No te preocupes, yo se la doy.
-Gracias.
-Por cierto, veo que estás inscrito en el torneo.
-Sí, me parece divertido.
-Lo será… ¿sabes? Ornella también participa.
-¿De verdad? Pues a ver si nos enfrentamos…
-Sería un duelo muy interesante, sin duda.
-Seguro que sí. Gracias otra vez.
Después de unas largas e intensas partidas de truco, habíamos llegado al final, era la hora de que se enfrentaran los ganadores de ambas categorías. Adivinen cuál es el duelo… Sí, yo contra Gonzalo, ¿qué iba a hacer? Desde luego a mí no me gustaba perder a nada, pero si Gonzalo me ganara no me importaría. Empezó la partida…
-Al fin cara a cara…- me dijo Gonzalo.
-¿Preparado para perder?- le dije desafiante. Ni yo misma me conocía, jamás pensé que pudiera ser tan directa con él.
-Para eso nunca estoy preparado, porque siempre gano- me dijo giñando un ojo.
-Eso lo veremos.
En mitad de la partida, cuando él repartía, junto con una carta me llegó una nota… Te ves muy linda… Aquello me había desconcentrado y había perdido el punto definitivo… Era mi primera derrota al truco, pero había sido la derrota más linda del universo.
-Creo que sigo invicto…
-Tuviste suerte, veo que sabés mentir muy bien, espero que solo sea en el truco.
-Eso tendrás que descubrirlo…
Nos dimos la mano deportivamente y nos despedimos.
-Orne, ¿qué te pasó al final? Ibas genial…
-Mirá lo que me pasó…- le mostré la nota que me pasó en la última mano.
-Ahora lo entiendo, que buena táctica para desconcentrar, ¿verdad?
-Pues sí…
-Desde luego eso de que tendrás que descubrirlo ha sido muy sugerente, ¿no crees?
-Sí, sí que lo fue…
-Bueno Ornella ha sido una pena que perdieras, pero tengo algo para ti…- dijo dándome la carpeta.
-Al fin aparece…
-Me la dio Gonzalo, dijo que era urgente que te la entregara.
-Y tan urgente…
-Vamos a la habitación Orne, quizá te haya dejado algo dentro.
Subimos a la habitación y empecé a revisar si todo estaba en su sitio. Solo de pensar que todo esto había pasado por las manos de Gonzalo me ponía hasta nerviosa. Pero había algo que no era mío, ¿qué sería?
-¿Qué es eso?
-Una carta, es de Gonzalo.
-A ver eso… ¿qué pone?
-¿Me dejás terminar?
-Claro, pero no hace falta que me la cuentes toda, solo un resumen…
-No me lo puedo creer… Gonzalo me ha citado mañana por la tarde en el parque del Retiro.
-¡Ay Dios mío! ¿De verdad?
Unos nervios empezaron a recorrer mi cuerpo de arriba abajo, una cita con Gonzalo… ni en el mejor de mis sueños…
-¿Creés que Ornella habrá leído ya tu carta?
-La verdad es que no lo sé, igual ni abrió la carpeta aún…
-Gonzalo nunca te había visto así, estás muy diferente…
-¿De verdad Fer?
-Pues sí, pero yo sé que esa mina es ideal para vos…
-Así lo creo yo también, es perfecta…
-Gonzalo, Gonzalo, no hay nadie perfecto en el mundo…
-Lo sé, pero para mí sí que lo es.
-Bueno Gonzalo, me voy ya que se hace tarde y mañana hay que madrugar… no vaya a ser que nos quedemos dormidos y el míster nos castigue…
-Ni me lo recordés… pero ¿sabés una cosa? Mañana el míster ya puede castigarme lo que quiera que no conseguirá arruinar mi felicidad…
-Que suerte tienen algunos…
-Yo no tengo la culpa de que tengás una novia que apenas ves en todo el año…
-Me voy antes de que me enoje con vos…
-Ay, Fer, no tenés remedio… Hasta mañana.
-Descansa tranquilo…
-Eso haré…
O eso iba a intentar, ni siquiera yo sabía si estaba bien lo que había hecho con eso de la carta, pero de otra forma no iba a ser capaz de hacerlo, era mi único recurso… Mañana iba a ser un día realmente especial, mi primer día con Orne a solas. Probablemente mañana pueda conocer más sobre ella y admirar durante más tiempo su belleza, es realmente hermosa. Aunque no quisiera los nervios me mataban por dentro… ¿Qué iba a decirle? ¿Cómo iba a actuar? O lo peor de todo… ¿Y si no aparece?
Hoy iba a ser el día más importante de mi vida… El chico de mis sueños me ama, sí, como lo leen, me ama más que a nadie en este mundo, esto es lo que había soñado durante tanto tiempo. Hoy me ha citado en el Parque del Retiro, lindo lugar para una cita romántica, todas esas palabras que me había escrito en esa maravillosa carta esperaba escucharlas hoy de sus propios labios… pero, ¿cómo voy a presentarme? Ni siquiera sé como iniciar una conversación con él, estoy realmente nerviosa, no sé qué hacer… Y Yanel lo había notado.
-Orne ¿estás bien?
-No… sí… no lo sé…
-Ya lo entiendo… estás nerviosa, y es normal…
-¿De verdad?
-Pues claro que es normal… a mí me pasó lo mismo en mi primera cita…
-¿Me decís que ya tuviste novio?
-Sí, pero duró muy poco, desde que lo dejamos no volví a saber de él… ¿Sabes qué? El chico era argentino como Higuaín.
-¿En serio?
-Sí… Era un cielo…
-¿Y por qué lo dejaron?
-Porque él se marchó de regreso a Argentina con su familia y nunca volví a saber de él, ni una llamada ni un mensaje… nada- dijo Yanel a punto de llorar.
-Tranquila… No llorés… Verás como encuentras a otro pronto, sós muy linda…
-Es que en el fondo siento que aún lo quiero, y me muero…
-Sé lo que es… Pero no te preocupes… Tenés que tener fe… Si él aún te ama hará hasta lo imposible por volver a verte…
-¿Tú crees?
-Pues claro que lo creo, es más, estoy segura de que ese chico estará removiendo cielo y tierra encontrando la manera de regresar por vos.
-¿Cómo sabes eso? ¿Acaso conoces a Gustavo?
-Esperá… ¿Gustavo?
-Sí… ¿Por qué?
-¿Sabés de qué parte de Argentina venía?
-Un momento, déjame que piense… Es del barrio de Palermo en Buenos Aires… Espera… ¿de ahí no eres tú?
-Del mismo barrio de Palermo…
-Entonces… ¿Conoces a Gustavo?
-Probablemente sí… si me mostrás una foto seguro que lo conozco…
-Claro… creo que algún tengo alguna foto suya…- se puso a rebuscar en los cajones- mira… este es…
- Spoiler:
-¿De verdad es tu amigo?
-Sí.
-Me harías muy feliz si consiguieras hablar con él y decirle que lo echo mucho de menos.
-Claro que lo haré, me va a oír, no me dijo nada de esto…
-No te enfades… Además hoy tienes que estar espectacular para Higuain.
-Por un momento había conseguido olvidarme de eso.
-Se te ve feliz, y eso me gusta… Por cierto le he dicho a mi padre que te deje todo el día libre.
-¿Y eso por qué?
-Porque tú y yo vamos a organizar todo para que salga perfecto.
-¿Qué querés organizar?
-Pues por ejemplo que vas a llevar puesto.
-Ah no… Ni al caso, no pienso ponerme nada especial… es un encuentro informal.
-Orne no me lo discutas, tranquila que no pienso ponerte de gala, algo informal como tú dices pero tampoco irás así.
-Confío en vos- no me quedaba más remedio.
-¿Nervioso?- me preguntó Fer nada más verme llegar a Valdebebas.
-Pues no voy a mentirte… Mirá si no estoy nervioso que no he conseguido conciliar el sueño.
-¿Piensas ir así con esas ojeras? A ver si se va a espantar…
-Cris, ¿se puede saber quién te contó?
-¿Todavía lo preguntas?- dijo mirando a Fer, que se encogió de hombros.
-Fer… ¿Ahora tampoco puedo confiar en vos?
-Cris es de confianza, sabés que no se lo dirá a nadie, ¿verdad?
-Pues claro que no… de mi boca no saldrá nada, te lo prometo.
-Eso espero.
-Pero estate tranquilo, verás como todo sale bien.
-Venga muchachos, no se entretengan que tenemos muy cerca el próximo encuentro de liga.
-Y llega el ogro… Se acabó la tranquilidad…
-Tranquilo Cris, no seás exagerado.
-Eso lo dices porque hoy te verás con tu adorada Onella, pero yo ¿qué?
Lo miré con gesto divertido, pobre Cris… No tenía planes para esta tarde… Sin embargo yo seguía de lo más nervioso, gesto que intenté disimular durante toda la sesión de entreno, no quería que nadie empezara con los chismes, se volvían realmente insoportables. Pero mi cabeza solo pensaba en Ornella y en la maravillosa tarde que me esperaba con ella.
Cada vez faltaba menos para la tan ansiada cita con Gonzalo, no podía contener ni un segundo más los nervios que me mataban por dentro, así que antes de que me diera un ataque de ansiedad decidí salir del local y dirigirme al parque, quizás era demasiado temprano, pero no aguantaba ni un segundo más sin hacer nada. Llegué al parque, eran las 17.00 de la tarde… Mi cita con Gonzalo estaba prevista para las 17.30, por lo que me senté sobre el césped del parque mientras esperaba a que llegase, el día estaba realmente lindo para ser enero, y todo estaba muy tranquilo, nadie pasaba por allí.
- Spoiler:
Nunca había estado tan nervioso en toda mi vida, era la primera vez que me había citado con una chica, no sabía cómo debía actuar, supongo que la mejor forma de triunfar en tu primera cita es siendo vos mismo, pero tenía miedo de mostrarme torpe con todos los nervios que llevaba dentro. Pero tenía que estar tranquilo, todo iba a salir bien, seguro, estaba convencido, todo iba a ser perfecto, al menos eso pensaba.
-Gonzalo, ¿a dónde vas tan guapo?
-Eh……
-Esperá, ¿vas a ver a esa chica del café?
-Sí, papá, hoy la cité para vernos…
-Por Dios, hijo, estás bien tenso, tranquilo, triunfarás seguro.
-No es fácil estar tranquilo, creeme que quisiera estarlo, pero no puedo.
-Es totalmente normal, a mí me sucedió lo mismo con tu mamá, y no pasó nada.
-Gracias papá, como siempre ayudándome en los peores momentos.
-Soy tu papá, al fin y al cabo ese es mi deber. Por cierto, ¿cómo se llama?
-Ornella.
-Tiene un nombre bien lindo, seguro que es preciosa.
-Lo es papá, lo es.
-Por tu cara de felicidad puedo adivinarlo. ¿A qué hora la citaste? No vaya a ser que llegués tarde.
-Tranquilo, todavía queda media hora, pero bueno, iré haciendo camino, acá en casa me muero.
-Hacés bien, lo importante siempre es llegar a la hora, es mejor que esperés vos a que espere ella.
-Espero que llegue.
-Llegará, ya lo verás. Aunque esos minutos de espera se te harán eternos y te saldrán ganas de salir por ella.
-No sigás que me pongo peor, mejor dejá que me marche.
-Ve tranquilo.
¿Ustedes creen que voy bien para la ocasión? ¿Triunfaré con esto?
- Spoiler:
Salí nervioso pero decidido, hoy sería el gran día.
Son las 17.29, y allá estaba yo aún nerviosa esperando a que llegase Gonzalo, faltaban 40 segundos para que fueran las 17.30… ¿Será puntual?
Miré mi reloj nada más llegar al parque, eran las 17.30 en punto… me fui caminando a ver si la encontraba por alguna parte. Después de caminar por un rato la divisé cerca del lago, estaba sentada… ¡Vaya! ¿Llevaría allá mucho tiempo? No debería preocuparme, estaba en hora. Ahora era el momento de la verdad, con paso firme me acerqué a ella…
-¿Me estabas esperando?- dije quedándome justo detrás de ella de pie. Tardó unos segundos en reaccionar… -¿Puedo sentarme?
-Claro, adelante- respondí invitándolo a que se sentara a mi lado. Se le notaba que estaba tan nervioso como yo.
-Está una tarde bien linda ¿verdad?
-Sí…-dije intentando desviar la mirada, no me sentía capaz de mirarle a los ojos.
-Ni siquiera sé cómo empezar… Te ves hermosa…
-Vos también- dije girándome hacia él- Me siento demasiado informal a tu lado.
-No es para tanto, para mí estás linda con cualquier cosa- eso se me había clavado en el corazón.
-No digas eso…
-Es la verdad… ¿Qué te apetece hacer?
-Pues no sé… es la primera vez que me veo en una de estas… además ni siquiera conozco la ciudad…
-Vaya, pensé que era el único novato acá…
-Esperá, ¿querés decir que nunca te habías citado con una chica?- no podía creérmelo.
-Nunca… sós la primera y espero que la última chica a la que tenga que citar- se quedó callada sin decir nada, mirándome, esos ojos eran demasiado lindos para ser reales- ¿Te parece un paseo en barca?
-¿Un paseo en barca? Suena bien…- aparte de sonar bien sonaba bien romántico- Como en una película…
-Sólo que esto es la realidad, y será mucho mejor que la ficción, te lo aseguro.
Nos subimos a una de las barcas que había en el lago, Gonzalo se aseguró de que nada ni nadie nos pudiese molestar durante nuestro paseo.
-¿Te gusta?
-Sí, se ve todo muy lindo- dije contemplando el paisaje que nos rodeaba, era realmente perfecto.
-Pero no tanto como vos…
En ese momento me sentía la mujer más feliz del mundo, Gonzalo me tomó de las manos…
-Sós lo que he soñado durante tanto tiempo, siento que debo amarte incluso hasta más allá de la muerte, te necesito…
No puede ser… Todas esas palabras que leí en la carta… Esas hermosas palabras me las acababa de decir mirándome sinceramente a los ojos.
-Ornella yo…- no sabía cómo decírselo.
-Gonzalo…- dije poniendo mi mano sobre sus labios antes de que dijese nada…- Gonzalo, yo te amo más que a nada en este mundo, no imaginás cuanto esperé este momento.
-Yo también te amo, y también había esperado este momento, el momento de confesarle mi amor a la mujer más hermosa del mundo.
Gonzalo se iba acercando cada vez más a mí, nuestros corazones latían al mismo ritmo, nuestras respiraciones se mezclaron en una sola… Sin dejar de tomar mis manos, en unos segundos que parecieron eternos… Gonzalo me había besado… Había sido mágico. Le acaricié la cara mientras nuestros labios se iban separando poco a poco.
-Te amo…- en ese momento no se me ocurría otra cosa que decirle, además ¿qué importaban las palabras en ese momento?
-Y yo a vos…
-¿Y por qué nos susurramos?- pregunté chistoso.
-Una muy buena pregunta…- los dos nos echamos a reír, teníamos que romper el hielo.
Regresamos hasta el parque y nos sentamos en la orilla del lago frente a un árbol. Me apoyé sobre él y dejé que Ornella se pusiera frente a mí de espaldas apoyada en mi pecho mientras yo la abrazaba y le decía lo mucho que la amaba.
Esos besos en el cuello me estaban haciendo morir de amor, estaba al fin en sus brazos, me sentía suya, sentía sus brazos rodeando mi cuerpo y sus labios rozando mi piel, era una sensación indescriptible.
-Debo confesarte algo…- le dije muy cerca de su oído.
-¿El qué?- pregunté un tanto sorprendida girándome hacia él.
-Me asusté cuando me retaste al truco en el café.
-No sería para tanto, si me ganaste, con trampas, pero me ganaste.
-¿Me estás llamando tramposo?- esa carita de travieso no podía resistirla.
-Más o menos…- dije rodeándolo por el cuello.
-Esta me la debés…
-¿Y qué vas a hacerme?
-¿Querés probar mi castigo?
-No tengo miedo de tus castigos…- dije cerca de sus labios.
-¿No?- negó con la cabeza riéndose- Pues verás lo que es bueno.
Se echó sobre mí y empezó a hacerme cosquillas por todas partes…
-Pará…- empecé a gritar- Gonzalo, nos van a ver…
-Ni que estuviéramos cometiendo un crimen, ¿Qué puede pasar?
-Gonzalo, ¿no es suficiente?
-¿Te parece si nos vamos a mi casa?
-¿A tu casa? No Gonzalo… no quiero molestar…
-Vos no molestás… Es más, no acepto un no por respuesta, no te queda de otra. Además no hay nadie en la casa si es lo que te preocupa.
-¿No me queda de otra verdad?
-No… No tenés escapatoria…
Nos fuimos caminando hasta su casa agarrados de la mano, jamás me había imaginado que eso pudiese pasar, era realmente hermoso.
-Llegamos, acá es… ¿Te gusta?
-Me fascina, es muy linda la casa.
-Más linda sós vos… y no me cansaré de decirlo, lo publicaría en los diarios si fuese necesario…
-No seás exagerado…
-¿Acaso vos no lo harías?
-Haría mucho más que eso… lo gritaría al mundo, lo gritaría a los cuatro vientos y lo predicaría por los 7 mares…
-Eso sí que es insuperable…
Nos besamos de nuevo y entramos en la casa.
-Vení, me encantaría mostrarte la casa pero ahora quiero que vayamos a un sitio más privado, si te parece, para mostrarte la casa se ofrecerá mi mamá con mucho gusto.
-Muy bueno el chiste… Vayamos entonces…
Llegamos a una habitación muy espaciosa, Gonzalo graduó la luz y nos sentamos en el suelo igual que en el parque…
-¿Sabés una cosa?- se giró hacia mí- Si nuestro amor se pudiese medir no habría metro que pudiese medirlo…
-Si nuestro amor se pudiese pesar no alcanzarían todas las balanzas del mundo…
-Si nuestro amor fuese agua no alcanzaría el planeta…
-Si nuestro amor fuese aire no alcanzaría el universo…
-Si nuestro amor fuese un camino no alcanzaría una vida para recorrerlo, y yo quiero recorrerlo con vos hasta el final…
-Es lo más lindo que me dijeron nunca… te amo- nos besamos de nuevo durante unos minutos mientras nos íbamos cayendo al piso, hasta quedar Gonzalo sobre mí mirándome fijamente…
-¿Creés que sea el momento?
-Cualquier momento es perfecto si estás vos…
Aquella noche fue mucho más que perfecta. Ambos nos fuimos desprendiendo de la ropa que llevábamos, cada segundo parecía una eternidad, una eternidad maravillosa. Sus labios recorrían todo mi cuerpo sin descanso. Sentía una felicidad enorme, le pertenecía, era parte de su ser.
Sin contemplaciones empezamos a besarnos apasionadamente, aunque sentía miedo de que no se sintiese cómoda, quizás no era el momento adecuado…
-¿De verdad querés hacerlo?- me puso su dedo índice sobre los labios y continuamos besándonos, era una señal de que estaba segura de querer hacerlo, quería entregarse a mí en cuerpo y alma, lo podía sentir, en cada beso, en cada caricia, en su respiración, en su mirada… Todo era perfecto.
Había amanecido después de una noche maravillosa con el hombre más perfecto del mundo, la luz entraba en la estancia e iluminaba nuestros cuerpos desnudos sobre el piso, había sido mágico.
Todavía estaba dormida, se veía realmente linda dormida y con el sol iluminando su cuerpo, un cuerpo perfecto, era una auténtica diosa. Cuando la estaba admirando, entró mi papá que me andaba buscando…
-Lo siento hijo, ¿interrumpo algo?
-Nada, tranquilo, no interrumpís nada…
-¿Esa es Ornella?
-¿Quién iba a ser entonces?
-Es bien linda…- dijo alzando un poco la cabeza.
-¿Qué pasó?- preguntó mi mamá que llegaba de la cocina.
-Al fin el nene se tiró a la pileta…
-Ya nos contarás ¿eh? Ahora les dejamos que disfruten del amanecer juntos.
Mis papás cerraron la puerta con cuidado y nos dejaron solos. Mientras dormía le acariciaba la espalda. Ornella se acababa de despertar…
-Buenos días princesa…
-Buenos días…- dijo feliz.
-No sabés lo feliz que soy…
-Yo también lo soy- dijo acariciándome la cara y besándome.
-¿Te parece si desayunamos?
-Dale… Me muero de hambre…
Me tendió la mano para alzarme. Me agarró de la cintura con las dos manos y me miró con ojitos dulces…
-¿Te he dicho que sos la nena más linda del mundo?
-Mmmmm… creo que ya me lo dijiste unas ¿300 veces?- sujetándolo del cuello.
-Es que no me cansaría de repetírtelo una y otra vez…- me dijo rozando mi nariz con la suya, luego me besó…
-¿Nos vamos a desayunar?
-¿Pero no querrás ir así? Esperá, que te dejo algo…- se acercó al plackard y me alcanzó una de sus innumerables camisas… todas relindas… como él- Toma, así mejor… no quiero que te me enfermes… aunque sería una buena excusa para ir a cuidarte y consentirte.
-Me encantás cuando te ponés así de meloso…
-¿De verdad?- asentí.
-Vamos…
Nos fuimos hasta la cocina donde estaban sus papás desayunando… cuando entramos se nos quedaron mirando… me sentí extraña pero…
20_higuain_09- Mensajes : 23
Fecha de inscripción : 15/03/2011
Temas similares
» Gonzalo Higuain en XTR
» C5N - GONZALO HIGUAIN DECLARACIONES
» Gonzalo Higuain (foto caminando xD)
» Gonzalo Higuaín en “Diario de la Copa”
» Francesca Calamia y Gonzalo Higuain
» C5N - GONZALO HIGUAIN DECLARACIONES
» Gonzalo Higuain (foto caminando xD)
» Gonzalo Higuaín en “Diario de la Copa”
» Francesca Calamia y Gonzalo Higuain
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.